PREOCUPANTE DISCURSO PRESIDENCIAL
(Piura, 20 diciembre 2018)
Luis Gulman Checa
Difícil de entender lo expresado por el
Mandatario en su discurso por la clausura del año académico de la Escuela de
Oficiales de la Policía Nacional:
Brindaré todo mi apoyo a los agentes que, en cumplimiento de su
deber y en defensa de la sociedad, hagan
uso de su arma de reglamento para enfrentar a la criminalidad.
¿Licencia para matar
con aval presidencial?
¡Cuidado! No se me mal interprete: considero
lógico, natural y urgente que los policías hagan uso de sus armas de fuego en
el ejercicio de sus obligaciones y responsabilidades, relacionadas con la erradicación
de la delincuencia y el mantenimiento del orden público.
Sin embargo, me pareció desatinado que el
Mandatario, quien, recordémoslo, está muy lejos de ser un Zar, emita semejante
sentencia tal y como si él encarnara y ejerciera todos los Poderes del Estado.
Si el Perú está en la cola para ser acogido
en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE),
debemos suponer que en el país funciona plenamente la independencia de Poderes;
es decir, el Ejecutivo, el cual le da tribuna al Mandatario, no tiene
jurisdicción para dictar leyes (solo para observarlas preliminarmente) ni,
menos aún, administrar justicia.
Más racional y pertinente que semejante
arenga hubiera sido que el Mandatario, dentro de sus atribuciones y apoyado por
su gabinete, enviara al Congreso un proyecto de ley que, figurativamente,
podríamos denominar como gatillo presto, con el claro
propósito de cortarle las alas a todos aquellos fiscales y jueces que, ellos
sí, cual perros del hortelano, persiguen como si fueran perros rabiosos
a los policías que abaten delincuentes.
Sin embargo, aprovechándome del discurso
presidencial, respetuosamente, le formularía la siguiente pregunta:
¿Avalaría,
igualmente, a quienes, legítimos portadores
de armas de fuego, abatieran a delincuentes mientras perpetran algún ilícito,
como, por ejemplo, irrumpir en un
restaurante para saquear tanto la caja del negocio como los bolsillos de los
clientes?