SEÑOR PRESIDENTE: ANOTE UN GOL DE MEDIA CANCHA

(Piura, 18 julio 2019)

Luis Gulman Checa

¡Córtele los cojones (mejor sí real y efectivamente) al patán elegido gobernador de Arequipa!

¿Qué diferenciaría un ataque terrorista del amenazador ultimátum proferido por Elmer Cáceres, el gobernador arequipeño,  contra una decisión adoptada estrictamente dentro de los márgenes de la ley por una autoridad legítima y competente?

Lamento no ser letrado y por tanto casi ignaro en la materia. Sin embargo, sabedor  que en el país contamos con leyes y normas de todos los gustos y colores, no dudo  habrá alguna aplicable al citado energúmeno que permita no solo deponerlo sino también encarcelarlo. Asimismo, también creo que en países progresistas, donde la autoridad no se discute, como China,  Filipinas o Singapur, el propuesto corte sería efectivo, público y sin anestesia.

Se me hace difícil aceptar que en Arequipa, territorio en el que existen emprendimientos mineros desde muchos años atrás, la opinión mayoritaria de la población coincida con la del gobernador y los agricultores del valle, duda que se despejaría con un referéndum ad hoc.

El meollo, tanto del futuro de Tía María como de las decenas de proyectos similares desperdigados  por el país, está en clarificar/definir qué es y a quién compete participar en la ¿bendita? Consulta Previa. Asimismo, debiéramos reflexionar porqué se instituyó tal mecanismo, únicamente, como paso previo a la explotación recursos naturales y no a tantísimas otras decisiones de gobierno, mucho más influyentes en la vida de los ciudadanos, como sería el caso de la aplicación de impuestos.

Siendo inaceptable ser juez y parte, es absurdo dejar en  manos de los agricultores del valle del Tambo una decisión que afecta la vida de los m/m dos millones de arequipeños y más de treinta millones de peruanos, por la simple y evidente razón que ellos serán afectados en sus bolsillos ante el natural y justo incremento del costo de vida en la zona a consecuencia del emprendimiento minero, lo que elevaría el valor de los jornales a pagar  a sus trabajadores. En consecuencia, estos protestantes, zurrándose en el bienestar de arequipeños y peruanos y, pensando únicamente en ahorrase unos centavos, estúpida, irracional y traidoramente, se oponen a la explotación de una mina que no los afectará en nada, más aún cuando ya se determinó que el agua a utilizarse será proveniente del mar, previa desalinización.

Señor Presidente:

Saque las garras y demuestre que sí los tiene bien puestos.