EL ALTO PIURA EN SU LABERINTO (III)
(Piura, 26 setiembre del 2015)
Luis Gulman Checa
¿Por qué dije, en el capítulo anterior, que
los lambayecanos empezaron detrás de nosotros con la irrigación de Olmos? Por
lo siguiente:
Mientras ellos recién
en el 2004, de la mano de Odebrecht - cuyo presidente está preso en Brasil - y excelentes
asesores serbios, armaron la trama mafiosa que les permitió irrigar sus pampas,
nosotros, los piuranos, desde agosto de 1996, tuvimos los Estudios concluidos
para convocar la “Licitación Pública Internacional con Financiamiento para
Ejecutar Estudios y Obras del Proyecto Alto Piura”.
Entonces, es natural preguntarnos qué sucedió
para que en el 2015, casi veinte años después, nuestra
autoridad regional recién esté propiciando la contratación de la UNOPS para
conducir el Proceso de Selección y adjudicar la obra.
Lamentablemente, la principal razón es que
somos unos caídos del palto de antología al permitir que cualquier recién
llegado nos “meta el dedo en la boca” como sucedió en 1995, para
fatalidad y desgracia de Piura, cuando el Gen. FAP ® Enrique Siles fue
reemplazado al frente del CTAR por un oscuro Gen. EP ® cuyo apellido ha
desaparecido de mi memoria, pero sí recuerdo que los medios - cuándo no -
llamaban cariñosamente “Don Beto”.
Ese sujeto que, según
propia confesión, jamás superó el trauma que le originó enterarse que el chofer
a su servicio casi cuadriplicaba el sueldo de su propio hijo, Capitán E.P.;
ante la complacencia, silencio cómplice, carencia absoluta de redaños y pecado
mortal por omisión que continúa pagando el ubérrimo valle del Alto Piura - a excepción
de unos cuantos pícaros e incompetentes que tienen años depredando dineros
públicos a través de las dietas recibidas del “Consejo Directivo” inventado por César
Trelles Lara -, liquidó la Unidad Ejecutora del Proyecto adscrita el Pliego
Presupuestal CTAR por onerosa, tirando a la basura, quizá para siempre, la
posibilidad de ejecutarlo
Finalizando, por hoy, recordemos que
el Estudio culminado en 1996 tuvo su partida de nacimiento en una decisión del
Banco Mundial cuando financiaba la ejecución de la II Etapa del PECHP, el
Desarrollo del Bajo Piura y destinó una partida de US $ 2.5 millones para
financiar, íntegramente el denominado Estudio de Factibilidad para Regular y
Mejorar el Riego en el Valle del Alto Piura, el que quedó oleado y sacramentado en 1988. Tal
fue la razón que, a finales de ese año, se estableció, por Decreto Supremo, lo
siguiente:
Reservar 360 MMC
anuales de las aguas del río Huancabamba para ser derivadas al valle del Alto
Piura.