AL FIN UNA LLUVIA DECENTE: UNOS GOZAN OTROS SUFREN

(Piura, 07 marzo 2016)

Luis Gulman Checa

Al fin, el pasado viernes 04 de marzo, los piuranos fuimos bendecidos con  una precipitación pluvial que sí mereció calificarse como lluvia, luego de haber estado amenazados/sentenciados por los payasos del ENFEN desde meses atrás que, esta temporada, nos “ahogaríamos” por las lluvias que iban a dejar cual benévolas garúas los embates que el cielo nos descargó los años 1983 y 1998. Sin duda ello indujo  a nuestro inefable gobernador y - supongo - su equipo de asesores, a perpetrar la barbaridad de atentar contra el normal desarrollo del año escolar porque, en noviembre del 2015, anunciaban, no habría acceso a los colegios.

Necesaria digresión:

Han llegado a mis oídos comentarios de personas que, obviamente, hablan de todo sabiendo muy poco, calificándome de terco y que deje el tema porque sí hay un “Niño”.

Haré un esfuerzo didáctico para que cualquier persona, por reducida que sea su capacidad de entendimiento, capte la diferencia entre un “Niño” - que probablemente sea lo que habrá este año - con un FEN, que es lo que se anunció y generó dispendió y robo de recursos públicos sin orden ni control en nuestras “propias narices” (río Piura) sin que dijéramos ni pío.

Mientras un “Niño” (1953, 1965, 1972, etc.) equivale a recibir en el pecho un balín disparado por una carabina de aire, un FEN podría compararse con el impacto del proyectil de una bazooka (arma para destruir tanques de guerra) impactando en el esternón.

Reflexionemos. ¿Las lluvias son maldición o bendición? ¿Preferiríamos y viviríamos felices y contentos si jamás cayera lluvia alguna sobre nuestro territorio? Creo que ninguna persona medianamente pensante las considera maldición ni quisiera su desaparición porque conllevaría nuestra muerte por inanición. (Lo que sería muy bueno para el planeta).

En consecuencia, las lluvias, que son una bendición, no son responsables por las barbaridades/locuras/estupideces perpetradas por el hombre.

Si una tenue garúa de 05 mm convierte calles pavimentadas en piscinas, ¿la culpa es de la lluvia o de los salvajes que la construyeron?




Retomando el epígrafe, es obvio que muchos citadinos sufren como consecuencia de las lluvias. No obstante, existe una gran cantidad de peruanos que viven en el campo y, a estas horas, están “bailando en una para” felices y contentos. ¿Por qué? Por cuanto la “Madre Naturaleza” está siendo magnánima con ellos al abrir sus compuertas celestiales y regando sus campos de secano donde, sin la menor duda, recogerán óptimas cosechas para su propio, justo y merecido beneficio.

¡Felicidades para nuestros hombres del campo olvidados por nuestras autoridades mas no - por ahora - por la naturaleza!