EN DEFENSA DE FRANCISCO TÁVARA

(Piura, 21 marzo 2016)

Luis Gulman Checa

Nuestro paisano, nacido en Frías, Ayabaca, y criado y educado en Chulucanas, desempeña en esta hora el cargo más crucial  del país,  cual es presidir el Jurado Nacional de Elecciones. Ello  no implica que  sea el amo y señor del mismo, como un Zar de antaño; sino, simplemente,  es un voto más en un colegiado de cinco miembros.

Sin embargo, siguiendo nuestra malhadada costumbre  de personalizar,   días atrás fue  atacado y zaherido a raíz de las decisiones que tenía que tomar el JNE   por sus antiguos vínculos con César Acuña,  al  haber sido docente, en Trujillo, en la “universidad” del referido. Es decir, como le había dado chamba, de antemano lo acusaban  que pagaría el “favor”  permitiéndole continuar en la contienda. ¿Qué pasó?

César Acuña fue perfectamente descalificado por una goleada de 5 a 0. Es decir, todos los miembros del colegiado, incluido Francisco Távara, estuvieron de acuerdo en borrarlo del mapa.

Entonces, ¿cómo quedaron quienes pusieron en duda su idoneidad, por el pecado de haber ejercido la docencia varios años atrás (obviamente poniendo su “granito de arena” en pro del desarrollo del país por cuanto los sueldos son ínfimos), cuando ni siquiera era Vocal Supremo, y, por tanto, no podía ni imaginar que algún día presidiría el JNE, ni, menos aún, que Acuña sería candidato?

Como unos pobres diablos que demostraron la certeza del aserto “el ladrón juzga por su condición”.

No tengo la menor duda que Francisco Távara, a pesar de merecer el calificativo de intachable, es un ser humano, es decir, no es perfecto. Como no lo es cometió un grave error el que, felizmente, no perjudicó a nadie más que a sí mismo:

Aceptó una invitación´- siendo presidente del Poder Judicial -  de la “Universidad” Alas Peruanas  para viajar a Francia en compañía de su esposa.

Así pues, destacados opinólogos lo descalificaron porque tal “universidad” tenía ante el Poder Judicial   más de cien procesos en curso. ¿Perpetró un crimen o delito  aceptando tal invitación? No. ¿Cometió una imperdonable tontería? Sin duda que sí, pero  no pasó de ello. Una  inocentada, pues no tengo la más mínima duda que no movió ni un dedo tratando de influir en las decisiones de los magistrados competentes en tales procesos.




Ahora las “castañas están en el fuego”, pues la candidatura de Keiko Fujimori está en cuestión al haber perpetrado las mismas inconductas que dejaron fuera a César Acuña y, el secretario general de Fuerza Popular, su partido, pertenece a la familia propietaria de la citada “universidad” Alas Peruanas.


¿Cómo terminará esta película de suspenso que tiene en el rol estelar a nuestro paisano?

Lo sabremos cuando el JNE decida si Keiko sigue en carrera o se va a su casa tras Acuña.