LLUVIA DE MILLONES
(Piura, 16 junio 2018)
Luis Gulman Checa
El primer ministro, César Villanueva, el
miércoles pasado nos adelantó la Navidad a los piuranos anunciando transferencias de dinero sin fin
para que gobernador y alcaldes, tras año y medio del ¿devastador?
chubasco, ejecuten las imprescindibles obras que el pueblo, con justa razón,
viene reclamando.
Analicemos la ¿coherencia? de las decisiones
de gobierno:
1°) Debemos suponer que se
designó Zar (*) de la reconstrucción
a nivel nacional a un súper funcionario con un currículo fantástico referido a
ejecución de obras públicas, el cual, racionalmente, nombró en cada
departamento un alter ego con similar o superior experiencia a la suya propia.
2°) Tal designación calmó nuestro ánimo e insufló
esperanza a nuestro espíritu al ser inminente el inicio de obras a diestra y
siniestra no solo para reparar lo malogrado por el ¿fenomenal y jamás visto?
período lluvioso, sino, para CAMBIARLE la cara a la infraestructura pública de
modo que íbamos a convertirnos en una ciudad auténtica.
3°) Sin embargo, el
desconcierto empezó a apoderarse de nosotros cuando el tiempo transcurría y no
se veían obras ni en fotografía.
4°) De repente, ¿nuestra
marca de fábrica?, la corrupción, digitada por “limeños”, ante la vergonzosa desidia, abulia y,
también, lamentable falta de cojones tanto de nuestras autoridades como de
instituciones, supuestamente, representativas, empezaron a rapiñar el erario
inventando una práctica nunca antes vista: DES
COLMATAR CAUCES DE RÍOS.
5°) Inexplicablemente, el
Zar original fue dado de baja siendo reemplazado por otro que, suponemos,
estaba amparado por un currículo más amplio y sólido que el de su antecesor y,
otra vez, debido al relevo, recuperamos la esperanza.
6°) No obstante, tampoco
se desató la orgiástica ejecución de
obras en el ámbito del departamento, pero, siendo justos, algunas carreteras
tornadas intransitables volvieron a recibir el consabido asfalto, situación
repetida en la ciudad de Piura donde
varias vías tuvieron igual tratamiento.
El anuncio del primer ministro, ¿debe
inundarnos de felicidad o preocupación?
Personalmente me parece un desatino mayúsculo
entregar dinero cuando las autoridades no solo están de salida sino que, fueron
postergados por cuanto, evidentemente, no eran de fiar en ningún sentido.
Entonces, si cuando estaban ejerciendo
cómodamente sus funciones no merecían confianza, preguntémonos:
¿Acaso no es un
tremendo desatino, similar o peor que haber impedido la exploración petrolífera
en el fondo del mar, abrirles la cornucopia cuando están yéndose?
(*) En alusión al todopoderoso
emperador de Rusia.