PLAN DE GOBIERNO MUNICIPAL: COMPLEMENTACIÓN
(Piura, 28 junio 2018)
Luis Gulman Checa
En escrito anterior manifesté que los
gobiernos locales no tenían arte ni parte en lo referido a la seguridad
ciudadana, tarea concerniente al Estado de acuerdo al mandato constitucional a
través del Ministerio del Interior y la Policía Nacional del Perú.
Siendo
tal verdad inapelable, me ratifico en que cuando los gobiernos locales
invierten/gastan/despilfarran/dilapidan dinero en esta tarea están incurriendo en malversación y/o peculado.
Sin embargo, como complemento del programa
sugerido y como aporte formidable para abogar por la seguridad de la ciudadanía
y, muy importante, sin malgastar ni un céntimo del presupuesto institucional, tales
gobiernos sí tendrían la obligación de ORGANIZAR
A LA CUIDADANÍA. ¿Cómo?
Fomentando la
creación de comités responsables de sectores predeterminados (*), con sus
directivas elegidas por los vecinos, encargados tanto de hacer respetar las normas como de la vigilancia que, ahora, según nos
quieren hacer creer, está a cargo del Serenazgo.
Algunas voces (entre las que podrían haber
muchas que ahora deliran de felicidad por el formidable ¿triunfo? de la
blanquirroja), fatalmente, se alzarían protestando porque no es justo exigirles
dedicación para lograr el bienestar general sin recibir la adecuada
remuneración, lo que sería de esperar habida cuenta que la triste y lamentable
situación que mostramos, en diversos aspectos, se debe a que abundan los individuos
guiados por tales razonamientos, es decir, no entienden el concepto “ciudadanía”.
Ya lo dije antes y ahora lo reitero:
Se trataría de un
calco de las Rondas Campesinas que operan, mayormente, en la serranía debido,
se sostiene, a la inexistencia del Estado en tales territorios. Ergo, lógica y
naturalmente, se ven obligados a organizarse para protegerse, por ejemplo, ahuyentando a los
potenciales expoliadores de los fantásticos recursos minerales depositados en
las entrañas de las montañas. (**)
Si alguien dijera que es inapropiado comparar
a los modernos y desarrollados costeños con los abandonados y atrasados
serranos, le formularía la siguiente interrogante:
¿Acaso, por ejemplo en la ciudad de Piura, la
primera fundada en el Perú por el
conquistador, no imperan las condiciones de vida de una localidad del
quinto mundo, donde gran parte de la población hace lo que le viene en gana
zurrándose en las disposiciones/órdenes emanadas de la autoridad competente y
libremente elegida?
(*) Barrio Sur, Barrio Norte, Urb. Miraflores, Ignacio
Merino, etc.
(**) Comentario sardónico.