¡QUE BELLO ES EL FÚTBOL!

(Piura, 10 junio 2018)

Luis Gulman Checa

Esta mañana, frente al televisor, sentí lo que debe embargar a quienes asisten a un teatro presenciando una ópera o deleitándose con los arpegios de  una sinfónica, con la enorme ventaja que no me costó ni un centavo ni, menos aún, debí vestir mis mejores galas. ¿Qué maravilloso espectáculo tuve la suerte de presenciar cómodamente instalado?

Al actual y formidable Scratch, la selección de fútbol de Brasil al mando del mago Tite, desplegando un juego superior a cualquier sinfonía además de pulcro y elegante.

El rival de turno fue la selección de Austria que, formalmente, cayó batida por 3 goles a cero, pero, en realidad, el marcador pudo ascender a 7 u 8. Sin embargo, felizmente para los austriacos, los futbolistas brasileros, para delicia y beneplácito de quienes tenemos la fortuna de admirarlos,   entran a las canchas a divertirse mas no a guerrear.

Viendo tan formidable despliegue de calidad en todos los aspectos relacionados con el fútbol, el espectador, admirado y boquiabierto, tiene que llegar a la siguiente conclusión:

¡Qué fácil es jugar al fútbol!

Sí, por supuesto que es muy sencillo cuando los protagonistas son de la calidad/envergadura de los integrantes de este Scracht, los cuales dan la impresión de poder jugar con los ojos vendados porque siempre hay un compañero desmarcado en el lugar preciso para recibir el pase y, así, continuar eternamente haciendo rodar el balón con suavidad, precisión, elegancia y, cuando el tiempo apremia, con mortal certeza para batir el arco rival.

¿Estoy insinuando que Brasil se coronará campeón mundial en Rusia dejando de lado el multitudinario y acendrado deseo  nacional de que Paolo y sus huestes obtengan la Copa?

De ninguna manera. Pues,  a pesar  que Brasil no solo es el país que más veces fue campeón del mundo sino que usualmente es el obvio candidato,  en su palmarés aparecen solo cinco títulos cuando perfectamente pudo y debió ser campeón en Río (1950), Argentina (1978), España (1982) y Francia (1998), si el técnico no hubiera perpetrado el error de eliminar a Romario de la nómina de jugadores.

Entonces, ¿cuál es mi vaticinio respecto al próximo campeón. Fácil:

La copa vendrá a Sudamérica.