COMBATE CONTRA EL CRIMEN

(Piura, 18 agosto del 2016)

Luis Gulman Checa

Sorprendente, por obvia,  la portada aparecida el día de hoy en “El Tiempo”, habida cuenta que igual podrían ponerse en marcha campañas para Dar de beber al sediento, Atender y sanar al enfermo, Alimentar al hambriento, etc.; por cuanto, todas y cada una de estas obligaciones no requieren de campañas ad hoc, al  ser inherentes al ejercicio de las funciones de toda autoridad de bien.

5 regiones se unen y exigen combatir la criminalidad

Gobernadores de Cajamarca, Lambayeque, La Libertad, Tumbes y Piura se reúnen a piden a PPK incluir sus regiones en mega operativos policiales.

Diagnóstico de las autoridades regionales concluye que el narcotráfico es la modalidad criminal más preocupante en Piura.

Es público que el flamante Gobierno ya anunció la puesta en marcha - obviamente a nivel nacional - de la campaña solicitada por los citados cinco señores Gobernadores. Ergo, el pedido citado, con toda la parafernalia implícita,  deviene en actitud vacua y politiquera, incluido  daño al erario si  las cinco personas se reunieron  para adoptar el acuerdo comentado.

Sin embargo, habida cuenta el pedido de los mandantes  regionales, es oportuno reiterarles que cada uno de ellos, en su respectivo ámbito, es el equivalente a PPK en el país, por lo que yerran si creen que soplándole la pluma al Gobierno Central ya dejaron a salvo su responsabilidad pudiendo esperar tranquilos y sentados que los limeños vengan a limpiarles la casa.

Un consejo, basado en las Sagradas Escrituras, para los señores Gobernadores:

Hay que predicar con el ejemplo.

¡Cuidado! ¡No estoy  siquiera insinuando que alguno de ellos sea delincuente!  Sin embargo, siendo realistas, ¿cuántas personas que ocuparon  cargos similares a los que ellos ostentan, delinquieron traicionando la confianza otorgada por sus electores? Fatalmente, demasiados. Por ello, les recomiendo ser absolutamente claros y transparentes en el desempeño de sus cargos para que  su prístino accionar (sin manzanas podridas a su derredor) sirva de ejemplo a toda la ciudadanía  de modo que, finalmente, cada persona sea un fiero guardián de la honestidad y perseguidor de corruptos y delincuentes.