INSPECCIONES VEHICULARES: ¿REÍMOS O LLORAMOS?

(Piura, 02 agosto del 2016)

Luis Gulman Checa

La edición de la víspera de “El Tiempo”, con llamada en portada, presentó un amplio informe titulado Guerra por las revisiones técnicas en la región Piura, sobre las imputaciones y/o dimes y diretes espetados entre los representantes de las tres plantas legalmente establecidas  para inspeccionar y dar el visto bueno a toda clase de vehículos para que circulen un año más.

Obviamente, el objetivo del presente no es analizar el informe en sí, sino, comentar lo ridículo y absurdo que es perder espacio, tiempo y tinta en un tema de este jaez. ¿Por qué?:

Por cuanto si nuestra Piura fuera como antaño, cuando el orden y respeto al prójimo imperaban, no se requeriría la existencia de tan inútiles plantas cuando basta y sobra con tener ojos y oídos para que, quienes debieran hacer respetar las normas de tránsito, internaran en el depósito de por vida a m/m el 58% de vehículos circulantes, incluidos, se comprende, desde
bicicletas hasta camiones.

Si los piuranos fuéramos juzgados por el nivel y/o calidad de nuestro tránsito, sin duda seríamos calificados como infra desarrollados, pues no otro calificativo merecería una comunidad donde los conductores, ante la punible abulia e indiferencia de quienes deberían reprimirlos, se comportan, en gran medida, como auténticos salvajes y/o descerebrados.

¿Ha notado, estimado lector, la enorme cantidad de vehículos, especialmente motocicletas y moto taxis, que, en plena noche, circulan sin luces de peligro y, muchos también, sin luces delanteras? ¿Qué calificativo merecen tales conductores? Sin duda de bestias y/o salvajes para arriba.

Digresión: A fines de los 60, alumnos promocionales de la UNP viajaron hasta Santiago de Chile en un bus de la universidad. Un día, cuando salía de cargar combustible, una patrulla lo intervino por cuanto, de los cuatro faros de peligro, dos arriba y dos abajo, uno estaba apagado. Cuando el conductor empezó con jefecito, el carabinero lo paró en seco diciéndole: Está usted en Chile, no en el Perú, estaciónese y arregle su faro. El bus amaneció en el sitio.

¿Cómo  no sentir vergüenza ajena cuando los vehículos transitando por carreteras - como el bus de la UNP medio siglo atrás en Chile -, tuertos o ciegos, cruzan impunemente por los peajes sin que autoridad alguna los reprima?



¡Qué tal involución sufrió el transporte en bicicleta! Antaño, cuando el tránsito era ordenado  y racional, circulaba gran cantidad de bicicletas. Por ejemplo,  a diferencia de la lamentable situación actual donde pululan los vehículos de transporte escolar, los estudiantes íbamos al colegio en bicicleta. Así, por ejemplo, en la GUE San Miguel había estacionamiento por cientos de ellas, lo que coadyuvaba no solo a la economía familiar sino a nuestro desarrollo físico. Obviamente, no solo las utilizábamos para ir y volver al colegio sino era nuestro transporte privado día y noche, razón por la que, aunque parezca increíble, tenían su dínamo que les permitía tener sus propios luces.

Sin embargo, ahora, la mayor parte de quienes circulan en bicicleta, pareciera que buscan suicidarse, porque, si así no fuera, ¿cómo pueden ser tan irracionales de circular de noche  sin ninguna luz,  vestidos de oscuro en bicicletas negras? Si hasta los obreros que trabajan a la luz del sol en plena calle usan ropa de colorines brillantes para protegerlos haciéndolos visibles, ¿cómo pueden estos idiotas ciclistas exponerse y exponer a inocentes conductores de vehículos mayores a llevárselos por delante por invisibles? 

Finalmente, reitero mi ruego ya formulado a “El Tiempo” para que lleve a cabo adelante una campaña frontal contra los ruidos molestos/insoportables que nos amargan la vida a todos. Además, básicamente, devienen del caótico y desordenado tránsito por lo que, prácticamente, matarían dos pájaros de un solo tiro. Háganlo que toda la ciudadanía lo agradecerá.