A QUITARSE LA SOTANA

(Piura, 13 agosto 2018)

Luis Gulman Checa

Aunque él, aparentemente, no se ha enterado, en Piura ha surgido un adalid que encabezará nuestros ejércitos ciudadanos por los  caminos que él mismo irá abriendo con su verbo flamígero y motivador, el cual, inesperadamente, ha surgido de las huestes cuya misión, creíamos, era lograr que nuestras almas alcanzaran la gloria y la vida eterna al lado de Nuestro Salvador.

¿A quién me refiero?

Al reverendo padre MIGUEL MEDINA PACHERRE, párroco de la urbanización Piura  quien aprovechó una entrevista del diario “El Tiempo” para endilgarnos, a todos los piuranos, una apropiada y justa filípica  por abúlicos, cansados, indiferentes, ociosos  y, también, delicadamente, por emasculados mentales.

Aunque por razones obvias el tiempo no le permitirá seguir los pasos de su antaño colega, el cura Arana, actualmente congresista, con novia y partido propio; roguemos a Dios que quien sea elegido gobernador (aunque según adelantó hay muy poco para escoger con lo que coincido  porque  hay uno solo digno de ser elegido)), tan luego asuma le ruegue integrarse a su equipo en calidad de súper asesor y/o álter ego (mismo Carlo Bertini con Reynaldo Hilbck) para, utilizando su fuerza, tesón, honradez  y convicción, llevar a Piura, en el término de la distancia, al lugar que le corresponde.

Si alguien creyera que los párrafos precedentes están infectados por la  mordacidad estaría totalmente errado por cuanto, las opiniones vertidas por el sacerdote en la citada entrevista, me han impresionado profundamente al haber puesto claramente no solo  los puntos sobre las íes sino también por la siguiente explícita y reveladora frase:

“Yo no me siento representado en el Parlamento (Congreso), de escucharlos me da grima”

Semejante franqueza, además de  encomiable y digna de respeto, revela que se trata de una persona íntegra y segura de sí misma, características que, fatal y desdichadamente, no brillaron en quienes nos gobernaron últimamente.

Estoy seguro que nuestro Pastor, Monseñor Eguren, no pondrá obstáculos para que el padre Medina, transitoria y eventualmente, deje de lado su sagrada misión de velar por nuestras almas para dedicarse, en cuerpo y alma por el tiempo que sea necesario, a realizar el trabajo que los piuranos, por razones que explicó claramente, no fuimos ni seremos capaces de llevar a cabo.