PAELLA  INTRAGABLE

(Piura, 29 agosto 2018)

Luis Gulman Checa

La Paella, tradicional invento culinario español, desde sus inicios tuvo tres componentes básicos: la paella o sartén, el arroz y el aceite, mezcla a la que los campesinos le iban añadiendo las verduras disponibles. Con el paso del tiempo se fueron agregando carnes de  gallina y conejo. Así, los ingredientes fueron incrementándose incorporando mariscos, carne de cerdo y, finalmente, lo que hubiera a mano.

Entonces, es propio afirmar que la  Paella nació como un real manjar cooperativo.

La  remembranza me vino a la mente al observar la atroz, indigesta y malsana “Paella” que se viene cocinando en Piura  a raíz de la lamentable/triste situación que  afronta el Proyecto Alto Piura al haber quedado  abandonada la obra por el contratista encargado de ejecutarla.

Una reflexión ilustrativa al respecto:

Cuando una persona con graves heridas  lucha por conservar la vida en un quirófano, ¿está rodeada solo por médicos y enfermeras o, acaso, el recinto está invadido por abogados, periodistas, ingenieros, zapateros y  verduleros?

La respuesta es obvia y, por ejemplo, estoy seguro que a ningún congresista se le ocurriría irrumpir en el quirófano disponiendo las acciones a tomar para salvarle  la vida al desdichado.

Usted se preguntará, estimado lector, ¿qué diablos tiene que ver la situación afrontada por el Proyecto Alto Piura con un herido  moribundo en el quirófano?

Que, mientras el del quirófano recibió múltiples cuchillazos en el cuerpo, el Proyecto Alto Piura, si bien figurativamente, desde que estaba en pañales fue apuñalado por los pícaros y sinvergüenzas que lo vieron como un medio para engordar sus sucios bolsillos.

En consecuencia, la responsable de atender al “herido” Proyecto Alto Piura buscando salvarle la vida, es, única y exclusivamente, la instancia que lo tiene bajo su mando (tan igual como el capitán del barco es dueño y señor del mismo): en primera instancia el gerente, pero, como en este caso sui generis se trata de un gerente a media caña debido al singular MOF, el responsable final es el señor gobernador. Todos los demás sobran, incluidos congresistas.