¿DE LA LLAVE AL SOMBRERO?

(Piura, 31 julio 2018)

Luis Gulman Checa

Me refiero, como se entenderá, a que la modernidad nos está llevando a la absoluta despersonalización de la política, como queda patente por el hecho de que en vez de votar por “Juan” o “Pedro”,  debemos escoger entre llaves, sombreros, gallos u otros símbolos, sin analizar en profundidad  nombres y trayectorias de las personas que se cobijan bajo ellos.

Es por ello que, agravada la situación al ser el voto obligatorio y el nivel de información/conocimiento de gran parte de la población  deficientes, en vez  de votar por el candidato idóneo lo hacemos por quien dispone de más recursos económicos (PLATA) para tachonar de afiches y propaganda la mayor área del territorio mostrando su símbolo.

Rememoremos que el mes de octubre del 2014 la victoria se la llevó la llave, no solo porque el derroche de recursos económicos fue fantástico  sino también por la simbología implícita: abriría todas las puertas para que Piura alcanzara el desarrollo que merece.

¿Fue así?

Con pena y dolor digo que, lamentablemente, ello no sucedió  y los últimos cuatro años fue otro período desperdiciado. ¡Cuidado! La afirmación precedente más que una condena a la autoridad que fue elegida, es una llamada de atención a los electores al no haber optado por el candidato idóneo.

Un rápido vistazo a la gran mayoría de postores, tanto para gobiernos municipales como al regional, nos revela que son improvisadas e irresponsables para no usar adjetivos mayores que sería pertinente, por cuanto,  tales personas ponen su ego por delante de los intereses de los cientos de miles de personas necesitadas que requieren gobernantes íntegros, serios, capaces y con ejecutoria de vida que los respalde.

Ejemplo patético de lo informado:

El actual gobernador (la llave), cuando asumió en calidad de presidente regional anunció, pomposamente, que ejecutaría 11 (ONCE) obras por Asociaciones Público Privadas (APP).

¿Cuántas va concretando durante su mandato próximo a expirar?

CERO. Ni una sola.




Los sombreros se usan para protegernos del sol, en especial y directamente el cráneo que alberga el cerebro,  órgano que nos permite pensar y razonar. Sin embargo, el uso de este adminículo, que en Piura debiera ser masivo, cubre cerebros de toda laya y calibre, de modo que nada asegura que quien ahora postula bajo tan grato símbolo para Piura, esté capacitado para desempeñar el alto cargo al que aspira.

Para colmo y  enorme sorpresa, recién me enteré que quien se está cobijando bajo el sombrero, símbolo que viene reincidiendo m/m en tres procesos electorales, ahora está en otra cabeza por cuanto un hermano ha sustituido al otro,  Entonces, acaso no debiéramos preguntarnos lo siguiente:

Esta candidatura, ¿tiene el propósito de trabajar y darse íntegra por el bienestar de las mayorías necesitadas o, por lo contrario,  deviene en corporativa y/o busca prebendas personales?


No debemos perder la esperanza que quien postula por el sombrero, en los debates que, necesariamente, deberá organizar la autoridad electoral, demuestre que lo sospechado en el presente está errado siendo, por lo contrario, un compendio de sabiduría, experiencia y honradez.