PIURA LA INEXTRICABLE
(Piura, 29 agosto 2018)
Luis Gulman Checa
Vayamos reflexionando sobre una información
recién revelada, la cual, como una raya más al tigre, reconfirma que los
piuranos no tenemos bandera ni vergüenza:
Caja Huancayo: nuevo
sponsor del club Atlético Grau.
¡VERGÜENZA PARA LOS PIURANOS!
El asunto se torna aún más aberrante cuando
en el departamento de Piura contamos no con una sino con TRES cajas como la
intrusa: Piura, Sullana y Paita. Sin embargo, los actuales responsables del
club (Orlando: ¿Por qué tuviste que morirte?), le han vendido su alma
al diablo contaminando la camiseta a cambio de una peseta.
Constantemente, ante nuestra reiterada falta
de compromiso y amor a nuestra tierra, me formulo la siguiente reflexión:
Si el Gran Almirante,
a la luz de nuestro incalificable comportamiento, pudiera retrotraer los acontecimientos:
¿escogería ver la luz en Piura u optaría por otras tierras que sí son amadas
por sus pobladores?
La captura de esta camiseta por una entidad
cuyo centro de origen se ubica allá donde el diablo perdió el poncho
en relación a nuestro terruño, solo es otra prueba confirmatoria que Piura
devino en tierra de nadie, por cuanto, como en la práctica los ¿piuranos?
están pintados en la pared, cualquier foráneo hace lo que quiere zurrándose, no tan figurativamente, en
nosotros.
¿Pruebas demostrativas
de lo afirmado?
·
El
innombrable general EP ® quien, el año 1996, al frente del CTAR Piura,
liquidó/vaporizó el ente que estaba llevando adelante, muy exitosamente, el
desarrollo del Alto Piura, plantando así la primera piedra del descalabro en el
que sigue inmerso transcurridos 22 AÑOS,
sin que nadie, incluidos los santos y apóstoles del Alto Piura, dijeran esta
boca es mía. Así, ahora: ¡A llorar al muro!
·
La vergonzosa invasión lambayecana, en el
aparato público local, ratificada en la fecha con la designación de otro
lambayecano como director de la Autoridad Administrativo del Agua Jequetepeque
Zarumilla, territorio en el que Piura es hegemón. Además, no olvidemos que otro
lambayecano suscribió el asqueroso contrato inicial de ejecución de las obras
del Alto Piura con Camargo Correa.