ALTO PIURA: SEÑOR, ¿POR QUÉ NOS ABANDONASTE?
(Piura, 02 setiembre2019)
Luis Gulman Checa
¿Qué opinaría usted,
estimado lector, si la Policía Nacional,
en contubernio con el Ministerio Público, dejara transcurrir varios años
antes de ajustarle las clavijas a
un salvaje que acribilló a su esposa en
plena avenida Grau de la ciudad de Piura,
a las 12.00 horas, a la vista de innumerables testigos?
Comprendo que los adjetivos serían de alto
calibre y, por tanto, impropios para
consignar por escrito. Sin embargo, aunque muchas personas desaprensivas y/o
malsanamente indiferentes no lo entiendan o no les interese, exactamente tal ha
sido la punible omisión de la Contraloría General de la República, supuesto
cancerbero del buen uso de los recursos del erario, respecto de las
barbaridades perpetradas en la conducción del Proyecto Alto Piura desde la
gestión de César Trelles Lara y Humberto Correa Cánova, la década pasada, como
lo informa la edición de “Correo” de la víspera aparecida con el siguiente
titular de portada:
EL TÚNEL LOS PERSIGUE
La Fiscalía inicia investigación preliminar contra Reynaldo Hilbck y otros 20
exfuncionarios del proyecto Alto Piura por autorizar el inicio de los trabajos
en la millonaria obra sin contar con expediente técnico.
Informe de Contraloría identificó un perjuicio económico
de S/. 77 millones.
Sin embargo, a pesar de la aparente
eficiencia y mano dura del, mal llamado, órgano de control, una vez más mete
la pata hasta la rodilla al descargar sus baterías contra Reynaldo
Hilbck quien no originó el entuerto (aunque cerró sus oídos ante los sanos
consejos diciéndole que el contrato con Camargo Correa era inejecutable por no existir
Expediente Técnico, habiéndose debido convocar una Licitación para
ejecutar Estudios y Obras) sino lo heredó, cuando, en su calidad de
presidente del Consejo Directivo del Alto Piura, designado por Javier Atkins,
asumió este muerto en vida legado por la gestión anterior.
A la luz de los hechos, está más claro que el
agua que, encargar tal cometido a Reynaldo, fue comparable a poner un ciego a
pilotar una nave, por cuanto, siendo ignaro en el manejo de la cosa pública,
fue incapaz de recurrir a personas fiables en busca de consejo y orientación.
Sin embargo, sus evidentes errores, ¿bastan y sobran para calificarlo de delincuente
por el presente caso?
Volvamos a la Contraloría formulándonos algunas reflexiones referidas a
su punible pasividad/inopia/inacción
cuando se dieron los siguientes hechos concernientes al proyecto Alto Piura:
·
La
reactivación, por la administración de César Trelles Lara, de una Unidad Ejecutora, el PEIHAP, gravando brutal
y perversamente el erario, estando vigente, desde el año 1992, un dispositivo
que dispuso unificar los proyectos Olmos y Tinajones, en Lambayeque, lo que se
hizo de inmediato, y Chira Piura y Alto Piura en nuestro departamento, no le
movió ni un pelo a Contraloría.
·
¿La
Contraloría no se enteró que, cuando la consultora VCI (del compañero Víctor
Chávez izquierdo, Q.D.D.G.), culminó, tras 07 meses de plazo y un pago de m/m
S/. 700,000, el “Estudio Definitivo”
para ejecutar la obra, el presidente regional, César Trelles, designó una
Comisión ad hoc para que emitiera
opinión, entre cuyos miembros estuvieron dos funcionarios del Proyecto Chirga
Piura, los ingenieros Carlos Cruz y Manuar Sandoval, la cual, unánimemente,
concluyó que el mismo, figurativamente, podría ser útil como papel higiénico
pero jamás para convocar la pretendida
licitación?
·
¿Es
aceptable que el “Órgano de Control”, con ojos y oídos en todas las entidades
públicas, no se enterara del citado dictamen que fue airado hasta en los
medios, como lo prueba que permitiera al gerente general del Peihap, Humberto
Correa Cánova, apadrinado por Remigio Morales Bermúdez, según confesión de
parte, suscribir el contrato con Camargo Correa amparado en el citado
esperpento?
·
¿Cómo
calificar la reiterada inacción de Contraloría cuando, resuelto el contrato con
Camargo Correa, el gobierno regional, esta vez bajo el mando de Javier Atkins,
reincidiendo torpemente en el error, convoca otra Licitación y suscribe el
contrato con el consorcio Obrainsa-Astaldi (también resuelto) para ejecutar la
obra sin contar con expediente técnico, ratificando la vigencia del aserto que
califica al burro como más inteligente que el hombre porque jamás tropieza con
la misma piedra?
¿Continuará, el “Órgano de Control”, mudo y
con los brazos cruzados ante la repetida
amenaza de la actual gestión regional de que, tan luego se termine la actualización
del expediente técnico, se procederá, por tercera vez, a convocar
Licitación para culminar la obra?
Me pregunto:
¿Acaso Contraloría
también cayó en manos de chilenos?