COLEGIO DE INGENIEROS: HABLANDO CLARO
(Piura, 07 septiembre 2019)
Luis Gulman Checa
El día de ayer en
el diario “El Tiempo”, el CIP-Piura, publicó un pomposo documento que, antes de
entrar en materia, revelaría su mala
condición económica al haber pagado media página con letra microscópica en vez
de una entera mostrando respeto hacia los lectores. Así, hecha la necesaria
precisión, vamos al grano:
PRONUNCIAMIENTO
TÉCNICO N° 008/2019/CIP/CDP
DEFENSAS RIBEREÑAS EN
EL BAJO PIURA
Este mamotreto, con ínfulas de ser,
coloquialmente, la última chupada del mango o el último vaso de agua en el desierto,
debiera llevarnos a plantearnos algunos cuestionamientos:
1)
El
CIP no es un órgano técnico sino gremial, como lo demuestran, por ejemplo, sus
instalaciones propias de un club social, lo cual está muy bien para solaz y
divertimiento de sus miembros, ingenieros de diferente color y jaez como lo
ratifica la página de Sociales de la misma edición del citado diario, con
fotografías incluidas, dando cuenta de la incorporación de 72 profesionales de diferentes ramas de la ingeniería, sin precisar
sus alma máter. Ergo, per se, salvo mejor y más ilustrada
opinión, en principio, el CIP no está calificado para emitir opiniones como la
referida, propia de auténticos y reconocidos especialistas.
2)
No
obstante, lo comentado ut supra sería,
devendría en indefendible dispararte si los ingenieros (a) firmantes del ¿mamotreto?
fueran merecedores de los calificativos precisados líneas arriba. ¿Lo son?
3)
Para
colmo, la irracionalidad, evitando calificativos quizá más precisos, de la
recomendación de efectuar obras de emergencia o provisionales, estando en marcha
el “Proyecto Definitivo e Integral para Control de inundaciones”, cuando, hasta
para un ciego, está claro que el 2020 será año de escasos aportes por lo que no
representa peligro alguno, como lo reconoce el mismo ¿mamotreto?; teniendo en
cuenta la maldita propensión de jalar agua para su propio molino;
semejante recomendación llama a la sospecha de los apetitos ocultos. ¿Chamba?
Finalmente, si de usted, estimado lector, dependiera
decidir el uso del escaso dinero del Estado, ¿optaría por obras de emergencia en las defensas (que
fueron destruidas y arrasadas por los propios inundados) o, por lo contrario, las
destinaría al Sistema Público de Salud para disminuir la racha de fallecidos?