¿CON QUIÉN COORDINAMOS?
(Piura, 29 septiembre 2019)
Luis Gulman Checa
El editorial de “El Tiempo”, edición de la fecha,
titulado: Crisis deja en suspenso obras
en Piura, además de la falsedad implícita en atar a la actual guerra
Ejecutivo-Legislativo el inmovilismo referido a la ejecución de obras
trascendentes y necesarias como los hospitales, tal y como si la incapacidad de nuestras autoridades, desde años atrás, no fuera la real responsable
de que no se encuentren en funciones; le dio voz a un auténtico figureti, el
alcalde provincial de Piura, permitiéndole formular la pregunta del epígrafe.
Desde que la referida autoridad es abogado,
tiene que haber asistido al colegio donde, necesariamente, así como debió
aprender el abecedario también le habrán enseñado a contar: 1, 2, 3, 4,……..,
debiendo colegirse que sí tiene idea del significado de prioridad, siendo, según
la RAE, la siguiente:
Ventaja o preferencia
que una persona, cosa o acción tiene sobre otra.
Imaginemos una familia, común y corriente, respecto a la
administración de sus recursos
financieros, atravesando una situación de suma estrechez: endeudada con EPS
Grau, Electronoroeste, con el colegio de sus vástagos, etc., y preguntémonos si
al padre se le podría ocurrir hacer el siguiente anuncio mientras disfrutan un
modesto desayuno el día domingo:
El próximo mes nos
vamos todos por 15 días a Miami.
¡Irracional! ¡Absurdo! ¡Demencial! Sin
embargo, la frase del alcalde, realzada por “El Tiempo”, merece, además de
tales calificativos, la de falsa y demagógica, por cuanto, como si los piuranos
fuéramos niños de pecho sin uso de razón, subliminalmente, le sopla
la pluma a la referida guerra, la responsabilidad por la desastrosa
situación que atraviesa nuestra ciudad.
Volviendo al 1, 2, 3, 4; me permitiré
señalar, en orden de prioridad, las tareas propias de una municipalidad:
·
Remunerar
oportunamente a funcionarios y servidores;
·
Encargarse
que la ciudad (calles, avenidas, parques) se muestre limpia y ordenada;
·
Velar
porque tanto construcciones como negocios, se ejecuten y desenvuelvan cumpliendo
plenamente con las normas municipales;
·
Hacer
cumplir, a rajatabla, sus propias ordenanzas;
·
Etc.
Entonces, si la autoridad es auténtica y
responsable, cuando hubiera logrado cumplir con todos
sus deberes primarios y elementales recién debería dirigir su mirada a
las alturas empezando a proyectar malecones de ensueño, vías de evitamiento
propias del primer mundo con ocho carriles para felicidad de los conductores, parques
infantiles que harían palidecer de envidia los de Disney, ejecutar obras de
infraestructura hidráulica, como defensas contra inundaciones (ubicada a años
luz de sus funciones), etc.
Sin embargo, la triste realidad nos revela
que la autoridad municipal, coloquialmente, está pintada en la pared, porque
a contrapelo de su prometedor eslogan de campaña: PIURA BONITA, la ciudad, pese a los meses transcurridos no ha logrado
borrar ni una minúscula arruga de las innumerables
que la afean, pareciendo haber sucedido lo contrario con el llamado
Ordenamiento del Mercado Modelo, por cuanto, hasta ahora, el remedio parecería haber
sido peor que la enfermedad.
En mi calidad de nacido, criado y viviente en
Piura, ruego a la autoridad municipal que, así como, imagino, cumple con la
primera de sus tareas enunciadas, remunerar oportunamente a funcionarios y
servidores, incluido él y sus concejales, cumpla también con el resto de ellas
para beneficio de la ciudadanía que confió en él.