INSEGURIDAD O SIMPLEZA CIUDADANA?

(Piura, 06 setiembre 2019)

Luis Gulman Checa

Cada día los medios nos informan de robos perpetrados por “Marcas” contra desavisadas personas quienes, habiendo retirado dinero del Banco a vista y paciencia de todo el mundo, salen caminando tranquilas y contentas para terminar abruptamente acosadas por estos delincuentes, siendo despojadas del dinero y todo lo demás que lleven consigo.

Me pregunto si acaso, quienes increpan al presidente de la República por su falta de acción ante la inseguridad que afecta a la ciudadanía, ¿reiterarán su reclamo al enterarse de estos hechos? Porque, sí así sucediera, les preguntaría qué consejo darían al mandatario para desaparecer tales robos teniendo en consideración aquello de que la caridad empieza por casa, es decir, si una persona es incapaz de adoptar elementales medidas de seguridad para protegerse, ¿qué diablos podría hacer el Estado ante tanta sandez?

Sin embargo, siendo deber ineludible de la PNP preservar el orden y proteger al ciudadano de toda clase de delincuentes, incluidos los “Marcas”, es del más elemental sentido común concluir que, en este caso concreto,  la policía está pecando por grave omisión e incumplimiento de sus responsabilidades. ¿Por qué? Por cuanto es muy fácil poner en práctica sencillas medidas de inteligencia para atraerlos, como moscas a la miel, y, una vez  caídos en el cepo,  detenerlos o liquidarlos, según sucedan los hechos.

Si seguimos hurgando en el tema, la pregunta obligada es la siguiente: ¿cómo identifican  los “Marcas” a quien abandona el Banco con una suma apetecible?

Una primera y obvia forma de hacerlo es  contar con “vigías”, al interior del Banco oteando para identificar a quien recibe en la ventanilla una apreciable ruma de billetes, hecho lo cual, sale tras el desventurado  señalándolo al cómplice motociclista apostado afuera.

La primera acción contra esta modalidad está en el campo del propio Banco, debiendo los vigilantes particulares, pululando en  todos ellos,  estar  atentos a la presencia de personas dejando pasar el tiempo sin realizar gestión de ninguna clase, a las que deben intervenir y echar, educadamente, del banco habida cuenta que no es un lugar de recreo, tan igual como, por ejemplo, abordan de inmediato a quien hace uso del teléfono celular y/o a quien ingresa con algún aditamento que le cubre el rostro.

¿Estarán los empleados del Banco, trabajando en ventanilla, coludidos con los “Marcas”? Podría ser y, en tal caso, el intermediario sería el “vigía”, señalado líneas arriba, quien recibiría la indicación del coludido bancario.



Entonces, ante la situación que estamos soportando, el sentido común indica la inconveniencia de retirar dinero en efectivo, más aún  cuando, teniéndolo disponible en la cuenta, se pueden efectuar los pagos ya sea emitiendo cheques o utilizando las  tarjetas.

No obstante, a veces resulta ineludible movilizarse con efectivo a cuestas, como  lo reveló reciente información del asalto perpetrado a una camioneta en la vía Piura - Chulucanas, cuando un empresario, acompañado de varios colaboradores trasladándose a una localidad del Alto Piura donde ejecutaba una obra, fue despojado de la abultada suma que llevaba. ¿Cuál fue su error?

No haber proveído a tres o cuatro de sus acompañantes de escopetas automáticas recortadas  abastecidas con cartuchos 00 (utilizados para cazar elefantes, en previsión de un asalto como el ocurrido.

De haberlo hecho, hubiera cumplido fielmente con aquello de que la caridad empieza por casa.