NELSON SHACK: EL “SHOWMAN” DEL MOMENTO

 

(Piura, 16 octubre 2020)

 

Luis Gulman Checa

 

El Contralor General de la República, de gira por nuestro departamento en estos días, está acaparando portadas en los medios con sus reiterados anuncios precisando que, dentro de muy poco tiempo, en Piura no quedará títere con cabeza, en el sentido que todos los choros anclados en el sector público serán puestos al descubierto, erradicados y, debe suponerse, procesados y penados. ¿Cómo así? A consecuencia del MEGAOPERATIVO DE CONTROL REGIONAL EN PIURA a efectuarse el próximo mes de febrero con la intervención de equipos de auditores multidisciplinarios en TODAS LAS ENTIDADES PÚBLICAS DE LA REGIÓN, previniendo e identificando posibles actos de corrupción e inconductas funcionales. 

 

Ante tremenda amenaza para los rateros y música celestial para las personas de bien, abruptamente vino a mi mente la siguiente interrogante:

 

Esta anunciada pléyade de Catones modernos, ¿dónde la habrá hallado el Contralor habida cuenta que el sector público aún hace honor a la frase de González Prada referida al dedo y  la pus?

 

Salvo que esta tarea también forme parte de las cedidas por el Estado peruano al Reino Unido, con pena y franqueza, considero que tan furibunda amenaza  no pasa de parecerse a un arma disparando salvas de fogueo o a un brillante y enceguecedor despliegue de fuegos artificiales, solo útiles para entretener.

 

Desgraciadamente, los pollinos (sí, los de cuatro patas)  no hablan, por cuanto, si pudieran hacerlo, el primero que se hubiera cruzado con Shack le hubiera espetado lo siguiente:

 

Toma al toro por los cuernos empezando a desenmascarar a los corruptos de arriba hacia abajo.  Practícale al GORE a una radiografía generalizada y te toparás, entre otras varias “linduras”, que la gestión del proyecto Alto Piura, desde que empezó a gatear, estuvo podrida.

 

En los últimos tiempos he sido reiterativo señalando que la gran responsable de la imparable escalada de la corrupción en el aparato público, es, ni más ni menos,  la tan cacareada Contraloría General de la República, prueba de lo cual la hallamos en su inacción ante  la interminable serie de obras públicas tiradas y/o abandonadas y/o paralizadas, de tal modo que los antaño respetados PLAZOS CONSTRUCTIVOS devinieron  en las calendas griegas.

 

 

 

 

Desde hace 32 años, cuando AGP me cesó de la Dirección Ejecutiva del PECHP - con nefastas consecuencias para el valle del Chira ante la reciente firma del contrato de obra para ejecutar la III Etapa, aún sin culminar  - por razones extra profesionales o funcionales, y Contraloría General, al espulgar mi gestión, observó el pago de S/. 800.00 (Ochocientos soles) al Dr. Cristóbal Montoya por haber logrado la nulidad de una sentencia de la Corte Suprema (a través del planteamiento de una simple Contienda de Competencia ante el Fuero Agrario) que ordenaba al PECHP pagar m/m S/. 10’000,000.00 (Diez millones de soles) a un agricultor del Bajo Piura por Daños y Perjuicios, imputándome el “delito” de haber contratado un abogado externo contando con dos en planilla, obviando, estúpidamente, que fueron incapaces de defender a la entidad perjudicando gravemente al Estado; le perdí absolutamente el respeto por cuanto, en vez de condecorarme como lo merecía,  pretendió embarrarme.

 

Digresión:

 

A veces he pensado que acción tan irracional/injustificada se debió  a mi falta de solidaridad con el mayoritario accionar de los funcionarios. ¿A qué me refiero? Simplemente a que en vez de traerme abajo el proceso protegiendo al Estado, debí llamar al aún acreedor, adelantándome a la posterior “enseñanza” de Alejandro Toledo, diciéndole lo siguiente:

 

¿Cuánto me vas a pagar, carajo?