R E C T I F I C A N D O

 

(Piura, 08 octubre 2020)

 

Luis Gulman Checa

 

Magnífica la información propalada el día de hoy surgida del seno del gobierno referida al levantamiento de la restricción de salir a la calle que estuvo vigente para las personas mayores de 65 años. Ello era un obvio error o exageración dado que, precisamente, tal segmento de la sociedad no solo debe ser el más serio y responsable por lo que cumplirá rigurosamente todas las medidas a adoptar para prevenir el contagio sino que en su gran mayoría  gozan de sus facultades a plenitud, es decir, están muy lejos de ser catalogados como escoria humana  manteniéndolos  inmovilizados en sus domicilios

 

Otra dato alentador es que - dado que todo se le imputa al mandatario tal y como si en vez de jefe del Ejecutivo tuviera los poderes omnipotentes de los que sí disponían los Zares - el presidente no es un obcecado que no entiende razones y hace y deshace según le nace del forro, siendo la medida comentada prueba indiscutible de ello al prestar oídos  al masivo reclamo.

 

Medidas como la adoptada deben seguir dictándose en el futuro inmediato porque así  lo indica el más elemental sentido común. Reflexionemos sobre los mercados, los “Modelos” y los elegantes en los centros comerciales; los buses de transporte urbano e interprovincial; el reinicio del transporte aéreo; los restaurantes funcionando con algunas restricciones; los bancos que jamás dejaron de atender; etc. Entonces, si en todos los casos señalados se genera cercanía entre las personas y nadie protesta por ello, reitero una inquietud:

 

¿Por qué diablos los cementerios están cerrados?

 

¿Acaso sería racional equiparar un Campo Santo con un estadio de fútbol donde se escenificará el partido definitorio de un campeonato mundial que se verá colmado a rebosar? Así como los templos se abrieron desde tiempo atrás, no para celebrar misas que  generarían afluencia masiva de personas pero sí para que quien lo desee pueda ingresar, no hallo ninguna justificación lógica para mantener nuestros difuntos alejados de los suyos que deseen visitarlos.

 

Alguien dirá: ¡Cuidado, se vienen  las velaciones!

 

Sería una alerta respetable siendo una fecha en la que los cementerios se ven colmados. Así, entonces, esperemos que m/m dentro de un mes, pasado el día de los muertos, los cementerios abran sus puertas.