I N S I S T E N T E

 

(Piura, 03 noviembre 2020)

 

Luis Gulman Checa

 

El suscrito, quien, corriendo el riesgo de caer pesado, no ceja ni cejará en su empeño de hacer entender a medios y autoridades que el verdadero monstruo acechándonos  a la vuelta de la esquina, es la SEQUÍA.

 

¡Cuidado! No me refiero a la que deja las tierras sin uso al no poder irrigarlas ni, tampoco, a la que afectará, grave e inevitablemente, a grandes plantaciones de valiosos cultivos de raíz desarrollados en áreas - formal y legalmente - no previstas para convertirlas en cultivables; sino a la que afectará directamente a los seres humanos cuando deban  atender sus necesidades más elementales, entre otras, calmar la sed.

 

Lo que viene sucediendo en Piura, respecto al manejo/destino que se le está dando al AGUA REGULADA, en San Lorenzo y Poechos, es incalificable, pues, no solo estamos siendo asolados por una grave sequía, sino, peor aún, teniendo a la vista las condiciones del clima más los congruentes pronósticos de LOS EXPERTOS  referidos a que el fenómeno “La Niña” (SEQUÍA) se presentará el próximo año; estúpida, irracional y criminalmente se siguen vaciando los reservorios para atender un cultivo de dos por medio, como  merece calificarse el arroz en atención a la enorme masa de agua que consume frente al nimio e ínfimo valor de su producción.

 

Me vienen a la mente recientes declaraciones de funcionarios responsables del desperdicio que se viene haciendo de la poca agua  aún disponible, propias de sacerdotes hablando desde el púlpito, invocando y rogando que el Creador nos salve de la crisis, olvidando su frase “AYÚDATE QUE YO TE AUYUDARÉ”, la cual, en el caso presente, implica cuidarla como si fuera oro líquido.  

 

Imagino un cirujano en el quirófano y su  paciente con la pierna derecha gangrenada en la canilla y me pregunto: ¿se hincará de rodillas rogándole a todos los santos interceder para que el mal desaparezca, o, más rápido que inmediatamente procederá a amputar donde sea necesario?

 

Unos cuántos números como demostración del crimen que se viene perpetrando al desperdiciar la valiosísima y escasa agua regulada que aún queda:

 

El 1° de noviembre el ingreso promedio al reservorio de Poechos fue de 15.45 m3/segundo, mientras el caudal promedio que se le extrajo fue de 52.49 m3/segundo, quedando el nivel del agua en la cota 98.09, siendo la máxima, de acuerdo a reciente gran inversión, la 106.

 

 

 

Concluyendo:

 

De seguir imperando la irracionalidad acompañada de la obvia y vergonzosa falta de cojones de quienes, meses atrás, metieron la pata hasta la rodilla autorizando sembrar arroz en segunda campaña, ni los sapos podrán sobrevivir en los secos y resquebrajados reservorios.