LEGISLANDO CON EL HÍGADO
(Piura, 27 noviembre 2020)
Luis Gulman Checa
¿Quién podría negar que las funciones
desarrolladas por el hígado son imprescindibles para la vida del ser humano,
cumpliendo, figurativamente, las funciones del Contralor y del servicio de Baja
Policía del organismo, administrando, seleccionando y distribuyendo todo lo que
recibe para conservarnos sanos y echando fuera, a través de las heces, los
deshechos sobrantes?
No olvidemos que el hígado está directamente
relacionado con la hiel, amarga al extremo, razón por la que salta a la vista
que la expresión “Legislar con el hígado” hace clara referencia a espíritus
aciagos, los que difícilmente sacarán a
la luz ideas ponderadas y convenientes.
Sin embargo, a Dios gracias, los hombres
también fuimos dotados con otros órganos vitales: el cerebro y el corazón, los que
deben primar al momento de tomar decisiones
trascendentes, como legislar.
Recordemos el referéndum realizado el 09 de
diciembre del 2018, una de cuyas preguntas,
fruto de un hígado rebosante de hiel, sirvió para abolir/erradicar la
reelección de congresistas, es decir, lo que en todos los países civilizados
del mundo forma auténticos profesionales representantes del pueblo, muchos de
los cuales son reelegidos hasta su
jubilación o deceso, los ciudadanos peruanos echaron por la borda tal precepto
tomando la decisión de poner en manos de ignaros, desconocidos y novatos la
sagrada tarea de legislar. Así, bien vale traer a colación la frase “Ponerse la soga al cuello”, como lo
demuestra el Congreso vigente al que me eximiré de calificar, precisamente,
preservando mi hígado.
Digresión:
No se me mal interprete achacándome defender a los
integrantes del Congreso erradicado, en buena hora, por el régimen del
presidente Vizcarra, por cuanto, describiéndolo con una palabra, sería
vomitivo. Sin embargo, no lo olvidemos, los congresistas llegan ahí elegidos
por nosotros, siendo los electores los únicos responsables. Así entonces, ¿lo
adecuado no sería erradicar el voto?
Ahora, peligrosamente, se está reconfirmando la
malhadada preeminencia del hígado al momento de legislar, según dictamen
aprobado por UNANIMIDAD por la Comisión de Constitución y Reglamento del
Congreso de la República referido a la eliminación del sueldo vitalicio para
expresidentes, equivalente al total de ingresos de un congresista. No
se requiere ser un genio para deducir que los ¿legisladores?, montándose en la
ola vigente de rechazo al estatus político, agravado con la situación de los
últimos 06 expresidentes, están tratando de ganarse el aplauso de la masa, como
si ello fuera a servir para lavarles la cara a la interminable
recua de impresentables que la
ciudadanía, obligada a asistir a las urnas aunque sea iletrada, aupó al antaño
respetable recinto.
Si el citado acuerdo fuera aprobado en el
Congreso y la respectiva ley promulgada por el Ejecutivo, me pregunto:
¿Cómo sobrevivirá un
presidente que, en atención a que Dios recordó que era peruano, nos cayó
directamente del cielo y se condujo derrochando acrisolada honradez y tanta
sabiduría que dejó al rey Salomón como niño de pecho?