NO OLVIDEMOS NUESTRO MAYOR PROBLEMA (FINAL)
Piura, 18 noviembre 2020)
Luis Gulman Checa
Habiendo retornado la calma al Perú tras la
atroz tormenta que lo sacudió debido al devenir
de la política con la llegada a Palacio de Gobierno de un destacado integrante
del partido Morado, cuya Hoja de Vida es, además de espectacular, envidiable;
los piuranos deberíamos dirigir la mirada hacia nuestro terruño amenazado por
un inminente desastre que bien merece calificarse como espeluznante:
El reporte del PECHP
del día de ayer nos dice que el río Chira aportó al reservorio de Poechos un
caudal de 3.24 m3/seg.
Así, la cota del nivel de almacenamiento se
ubica en los 95.41 m.s.n.m.- siendo su
nivel máximo los 106 - mientras el volumen almacenado es de 126.9 MMC, es
decir, una lágrima.
De no ocurrir un milagro revirtiendo la clara y
pronosticada tendencia del clima, “Dios nos coja confesados”, pues, los grandes
emprendimientos agrícolas de cultivos permanentes desarrollados con tecnología
de punta en áreas no consideradas para expansión agrícola, captando indebidamente
del Canal de Derivación y, también, la que discurre aguas abajo de Curumuy
destinada al Bajo Piura; quedarían absolutamente sin riego por tiempo
indeterminado.
Al margen del oscuro y sospechoso origen de
tales desarrollos, el hecho real y concreto es que vienen generando gran
demanda de mano de obra (en contraposición al arroz, cultivo de dos por medio,
íntegramente mecanizado) además de potenciando la economía regional por el
volumen de sus exportaciones. Así, preguntémonos:
¿De qué magnitud sería
el caos/desastre de mantenerse la sequía por un largo período, digamos, similar
al de los años 1950 - 51?
La primera nefasta consecuencia de ello sería
la DESOCUPACIÓN que asolaría a los miles de trabajadores del campo que vienen
laborando varios años en estos emprendimientos, como lo confirman los cientos de ómnibus transportándolos, cotidianamente, a sus centros de trabajo.
Sin embargo, el panorama no solo aparece tétrico para las áreas atendidas por el reservorio
de Poechos, pues, el mismo panorama amenaza a la Colonización San Lorenzo,
donde, habiéndose dejado de lado la racionalidad desde años atrás, se instauró
la costumbre de plantar DOS CAMPAÑAS DE ARROZ AL AÑO, barbaridad repetida el
presente habiendo vaciado el reservorio, por cuanto el río Quiroz, también se
declaró en huelga.
Para aquilatar en su justa medida los problemas
que generarían una sequía como la de 70 años atrás, tengamos en cuenta que la
población, en el tiempo transcurrido, se multiplicó 5 o 6 veces. Entonces, si
los peores vaticinios se confirmaran, ¿cómo obtendrían su sustento los
desocupados por la sequía?
No se trata de meter el dedo en la llaga,
pero, la pura y neta verdad nos dice que esta atroz amenaza no se cerniría
sobre nosotros de no haberse perpetrado el crimen de la plantar la segunda (cuando
la primera ya es un desperdicio) campaña de arroz.
¡Invadamos los templos
rogando al Altísimo abrir las compuertas del cielo!