¿QUÉ HACER CON LA COLONIZACIÓN SAN LORENZO?
(Piura, 11 mayo 2017)
Luis Gulman Checa
Si del suscrito
dependiera y, en atención al aserto que dice UNA SOLA VEZ CAPAN AL GATO, dispondría las siguientes acciones a
cargo del Estado:
·
Tornaría la infraestructura de riego plenamente
operativa, tal cual la entregó Morrison and Knudsen hace más de medio siglo.
·
Determinado el monto total gastado lo dividiría
entre el número de hectáreas para determinar la deuda contraída por cada una.
Ejemplo: De gastarse 600 millones de soles (como se dijo) y las hectáreas
“bendecidas” fueran 45,000, cada una sería deudora de S/. 13,333.00.
·
Despojaría del manejo/control de la
Colonización a la Junta de Usuarios (la razón es más que obvia: no fue capaz de
conservar el regalo que le hicimos todos los peruanos), encargándosela a una
entidad pública.
·
Determinaría/impondría una tarifa idónea para
el agua regulada utilizada por los colonos que tendrían que pagarla - como con
todos los insumos utilizados en la actividad agrícola - antes de recibirla, lo
que proporcionaría los recursos para el mantenimiento permanente de la
infraestructura, evitando, así, que dentro de 50 años estemos en la misma
absurda situación.
·
Finalmente, los S/. 13,333.33 que, reitero, los
peruanos estaríamos volviendo a invertir para salvarle la vida a personas que
demostraron absoluta irresponsabilidad por décadas, tendrían que devolverlos al
Estado en un plazo de 10 años y, para que no tengan opción a
quejarse/lamentarse, perdonaría los intereses.
Reflexión
según el aserto que dice CUANDO LLUEVE
TODOS SE MOJAN:
¿Por qué tanto lloro y lamento
por los problemas que afrontan los agricultores (que cuando se “llenan los
bolsillos” no le dan ni un céntimo al prójimo), si en toda clase de actividades
hubo daños/perjuicios tan o más graves que los del agro?
Comparemos
poniendo al burro por delante:
El año 1983, el suscrito,
quien desde décadas atrás era productor de leche de vaca, sufrió la pérdida de
123 cabezas de ganado Holstein, además de la destrucción de varios cultivos con
riego tecnificado. ¿Acaso me presenté gimoteando y de rodillas al Estado para
que me sacara las “castañas del fuego”, o tiré para adelante llegando, en
1986, a duplicar la producción diaria de
leche?
Señores Colonos:
¡Dejen de joder y pórtense
como hombres con cojones!