EL COLEGIO DE INGENIEROS (I)

(Piura, 02 mayo 2017)

Luis Gulman Checa

En los últimos días - sin duda ante el inminente desembalse de obras de infraestructura pública imprescindibles para convertir nuestro departamento en un territorio m/m desarrollado - los medios están relievando la existencia/importancia del Colegio de Ingenieros, por la simple y elemental razón que, justa y precisamente, los INGENIEROS serán fundamentales y/o decisivos para que nuestro futuro sea promisorio.

Tengamos presente que los Colegios Profesionales, en general, tienen la siguiente tarea fundamental:

Vigilar el cumplimiento de una  labor honesta y profesional de sus miembros (Colegiados), donde LA PRÁCTICA ÉTICA del trabajo se constituya en el principio fundamental  de  los estatutos de la organización.

Ergo, lo enunciado ut supra   basta y sobra para que, quien haya sido dotado con dos dedos de frente,  concluya  que, todos y cada uno  de los ingenieros responsables/comprometidos/coludidos con la interminable cantidad de “obras” públicas abandonadas y/o inacabables por razones achacables ya sea a pésimos Expedientes Técnicos, Procesos de Selección amañados; supervisiones avaladoras de todas estas tropelías; necesariamente tendrían que haber sido señalados, sancionados y retirados del Padrón de Ingenieros Colegiados Hábiles. Si ello fuera lógico y razonable, pregunto al distinguido señor ingeniero y actual Decano del CIP – Piura, don Hugo Garcés:

¿Cuántos ingenieros han sido borrados de vuestro padrón por las faltas/delitos precisados líneas arriba?

Como se comprenderá, en este caso no es menester realizar profundas investigaciones ni menos aún buscar testigos acusadores de las tropelías, por cuanto, a diferencia de las “Madres  mías”, “Trenes Eléctricos”, “BCCI”, “Aviones Mirage”, “Interoceánica”, etc., etc., las pruebas   están a la vista de quien tenga ojos para ver.

Sin embargo, como se trata de Piura que casi se ha desvanecido  perdiendo su  identidad, no sería imposible que todos los ingenieros aludidos líneas arriba sean foráneos, de modo que sus “habilitaciones profesionales” no dependan del CIP – Piura sino de los correspondientes, por ejemplo,  a Huánuco o Huancavelica.




Como demostración que no exagero un ápice con la afirmación anterior, el 18 octubre del 2009 se publicó en “El Tiempo” el artículo del suscrito con el siguiente título: “Jimmy A. Torres Sias y William Bejarano Rivera”, haciendo hincapié en la actuación del segundo, importado del Gobierno Regional de Junín por César  Trelles Lara (¿recordará quién se lo recomendó?) con el demostrado objetivo de perpetrar varias barbaridades, desde la prematura condena a muerte del Alto Piura  hasta la construcción de  puentes ad hoc en Castilla.

Aclaración:

Preciso y aclaro que he tenido la dicha de conocer/tratar a muchos ingenieros por los que pondría las manos al fuego, tanto por sus capacidades técnicas/profesionales como éticas y morales.