ARBORICIDIO (*)

(Piura, 07 julio 2017)

Luis Gulman Checa

¡Ojalá tuviera el don de conducir con los ojos cerrados para no sufrir  viendo árboles casi muertos en vida por la acción de salvajes/descerebrados quienes,  aprovechándose de la ¿maldita? emergencia, tuvieron la desfachatez de afirmar que los habían podado!

Me refiero, obviamente, a lo que siento al transitar por la avenida Cáceres, al ladito de la oficina del presidente regional, cuyos algarrobos fueron depredados cuando nuestra ciudad casi fue destruida por el brutal Niño Costero  el cual, curiosamente, solo descargó m/m 700 mm en toda la temporada, sin que hubiera ni una sola lluvia que le llegara a los talones a  varias de 1983, cuando cayeron m/m 2,700 mm.

Digresión:

Estimado lector, ¿no tiene usted el recuerdo que las calles y avenidas de Piura, en junio de 1983, estaban lejos de presentar el calamitoso estado actual? ¿Será acaso que la corrupción empezó a infectarnos después de esa fecha, por lo que las obras realizadas en los últimos tiempos, mayoritariamente,  resultaron de paupérrima calidad porque el fierro, cemento y asfalto se tornaron en dinero, contante y sonante, para pestíferos bolsillos?

Pero, sigamos con los árboles. Dónde están, me pregunto, esos valientes y aguerridos AMBIENTALISTAS quienes, permanentemente y sea donde fuere se “juegan la vida” defendiendo la pureza/integridad de la naturaleza. ¿Acaso los árboles no son parte fundamental del medio ambiente? ¿No son llamados los pulmones verdes de la tierra? ¿Qué sería de la vida humana si no quedara ni un árbol en el planeta? 

Planteemos una comparación entre dos bienes/servicios fundamentales para la vida moderna, como son la energía eléctrica y los minerales.

Energía eléctrica:

Como la perfección no existe y, menos aún, en países de quinta categoría, nuestra ciudad está cubierta de líneas de transmisión tendidas a gran altura, por lo que la empresa encargada de su distribución, periódicamente, contrata equipos de depredadores con sierras eléctricas que, sin criterio, compasión ni, menos aún, una insignificante pizca de inteligencia, desata su furia destructora contra los árboles de la ciudad con un ímpetu que, idealmente,  se hubiera descargado el siglo antepasado contra los chilenos invasores y depredadores.

¿Alguien, en alguna ocasión, ha visto u oído a un AMBIENTALISTA arremeter contra estos salvajes  destruyendo árboles?



Minerales:

Como sabemos, los componentes de este Reino de la Naturaleza son vitales para nuestra existencia. Para empezar, si no fuera por ellos no se podría generar energía eléctrica ni, menos aún, distribuirla. Otro grave inconveniente sería que para movilizarnos/trasladarnos tendríamos que hacerlo caminando o montando piajenos o similares. Etc.  Etc. Sin embargo, curiosísimamente, cuando se trata de explotarlos para que la vida continúe como la conocemos, ahí sí, los AMBIENTALISTAS saltan, gritan, vociferan y juran que solo sobre sus cadáveres permitirán se perpetre tremendo atentado contra el medio ambiente.

Lo más curioso de la actitud de estos pícaros, es que no sienten vergüenza alguna por hacer ostentación, en sus griteríos y movilizaciones, de los bienes disponibles gracias a la minería:

Se trasladan en aviones y camionetas, usan reloj, teléfono celular y computadora portátil, etc.

¡QUE TAL CONCHA LA DE ESTOS TRAIDORES A LA PATRIA!


(*) Cuando fuimos cesados de la conducción de ENO S.A., en 1995, porque sobre nuestras cabezas jamás se iban a ¿vender/rematar/regalar? nuestras plantas térmicas (que hace rato dejaron de existir al perder atractivo para el ¿comprador?), estaba en marcha un proceso para contratar un Ing. Agrónomo forestal para dirigir las podas.