EXPOSICIÓN DE EDUARDO WOODMAN EN LA UDEP
(Piura, 14 julio 2017)
Acabo de regresar del muy interesante e
ilustrativo relato de Teddy sobre su larga experiencia y andares por los valles
piuranos, orientado, finalmente, a reiterar su propuesta, lanzada años atrás, de tornar el río Piura, si no a su cauce
original por los impedimentos de orden social que ello ocasionaría, pero sí
dándole una salida al mar acorde con el orden natural, es decir, devolviéndole
la pendiente que el hombre le ha quitado.
La propuesta es incuestionable y tendría que
ponerse en un lugar prioritario de la larga agenda de tareas pendientes en
Piura, por cuanto no es necesario ser un genio y/o súper dotado en el tema
ingenieril, bastando una pizca de
sentido común para entender que es tarea urgente.
Sin embargo, sería grave omisión no relievar
un asunto crucial, relacionado con nuestra indiferencia, abulia e instinto auto
destructivo, precisado claramente por Teddy. Veamos:
·
Las
defensas del Bajo Piura, construidas en los 80 con esmero y conocimiento utilizando
materiales seleccionados, en gran parte fueron depredadas por las mismas
personas que ahora viven en carpas en el
despoblado, para utilizar los materiales que las conformaban en la construcción
de sus viviendas y, aunque no lo mencionó, también y por igual razón
desaparecieron gaviones y espigones.
·
Mientras
antaño, las compuertas del parque Pizarro con calle Ayacucho, estaban
perfectamente atendidas, conservadas y operadas cuando la naturaleza así lo indicaba, ahora, están abandonadas y ninguna autoridad
se ocupa de ellas.
·
La
planta de bombeo instalada en la Av. Grau, luego del FEN de 1998, para eliminar
el agua almacenada en El Chilcal, formidable cuenca ciega, cuando se le necesitó
el último verano, por punible abandono de la autoridad, estaba saqueada e inoperativa.
Una reflexión/comparación pertinente para analizar la (in)conducta de
los piuranos poniendo en un platillo de la balanza la obra propuesta por Teddy
y, en el otro, la construcción del aeropuerto de Chinchero en el Cusco que
alcanzó gran notoriedad en los últimos tiempos causando un terremoto grado 9 en el
flamante gobierno.
Mientras los
cusqueños organizan auto destructivos paros regionales atentando contra su
principal fuente de ingresos, como es el turismo, exigiendo la construcción de
un aeropuerto no solo innecesario sino atentatorio contra el patrimonio
cultural cuando basta y sobra con invertir unas pesetas en el actual,
magníficamente ubicado; nosotros, los piuranos, no solo permanecemos indiferentes
al ser usados cual “chivos expiatorios” para asaltar el erario como, por ejemplo,
repotenciando la refinería de Talara y/o des colmatando o dragando cauces de
ríos, sino que no movemos ni un dedo exigiendo la necesaria y justa atención
del Estado en temas de verdad cruciales.
Lamentablemente, debo señalar el punible descuido de la UDEP,
organizadora del evento, al no haber
invitado a quienes, necesaria y obligatoriamente, tendrían que haber estado
presentes:
·
El
Gobierno Regional;
·
El
Gobierno Local;
·
El
señor gerente de la Reconstrucción;
·
El
PECHP, entidad que, obviamente, debería hacer suya y llevar a cabo la
propuesta.
Sugiero - un consejo hasta de un conejo - que
el ilustre Colegio de Ingenieros del Perú, filial Piura, tome la posta de la
UDEP y, previa aquiescencia del señor Woodman, organice un evento similar en su
amplio salón de actos, previa masiva difusión de la realización del mismo.
.