¡QUÉ TAL PODREDUMBRE!
(Piura, 25 julio 2017)
Luis Gulman Checa
Parecería que nunca fue tan cierta como ahora
la frase de Manuel Gonzáles Prada referida a la moralidad de los peruanos:
“Donde pones el dedo,
salta la pus”
El asunto se torna aún más escalofriante cuando se está empezando a
gastar miles de millones en la “bendita” Reconstrucción con Cambios, por
cuanto, pensando mal si queremos pensar
bien y a juzgar por nuestra historia pasada y presente, la pregunta obvia y
triste, sería la siguiente:
¿Cuántos “nuevos
ricos” aparecerán y/o cuántos antiguos truhanes engordarán sus sucios bolsillos
rapiñando los recursos destinados a tan noble fin?
Ojalá la lacra se circunscribiera a las altas
esferas donde se exigieran pequeñitos
¿tributos/contribuciones? a los grandes
contratistas del Estado, como, por ejemplo, según confesión del extorsionado
Odebrecht, le planteó el expresidente prófugo cuyo nombre no es necesario
precisar; por cuanto, fatalmente, la
realidad nos dice que no es así ya que
la corrupción infectó el país de pies a
cabeza, como lo ratifica la información
difundida el día de ayer referida a la Dirección de Transportes de
Piura, dependiente del Gobierno Regional, donde la ratería se instaló en todos
sus ámbitos: de la venta de brevetes saltó a los contratos de servicios
suscritos con empresas fantasmas, es decir, cero servicio y plata para los bolsillos de los corruptos.
Limitándome al ámbito local, me pregunto:
¿Cómo fue posible
tamaña irresponsabilidad de UDN (Movimiento Regional Unión Democrática del
Norte), lanzándose a conducir los destinos de Piura blandiendo la bandera de la
honestidad, cuando, obviamente por los resultados, en sus huestes, además de
pulular gran cantidad de corruptos, han brillado por su ausencia, mayoritariamente,
personas idóneas y competentes?
Sin embargo, como jamás puede perderse el
optimismo/esperanza, sugeriría al responsable designado de llevar adelante la
Reconstrucción en Piura, el señor
Fahsbender, cuya honorabilidad no ha sido puesta en duda por nadie (aunque su idoneidad
para desempeñar semejante cargo es otra cosa) que, pública y ampliamente, difunda un mensaje que nos
genere tranquilidad, optimismo y fe en nuestro futuro, por ejemplo:
Piuranos:
Es mi deseo
manifestar públicamente que cumpliré leal, fiel y honestamente con el encargo
que me ha sido conferido de salvaguardar, defender y proteger el buen uso de,
hasta el último centavo, destinado para tan sublime fin en nuestra Piura
querida, como es el de Reconstruirla para que perviva incólume y enhiesta por
siglos, anunciando desde ya que no vacilaré en descargar hasta mi ÚLTIMO
CARTUCHO contra los malandrines que tuvieran la osadía de pretender manchar mi
tarea.
¡HE DICHO!