AL QUE LE CAIGA EL GUANTE…

(Piura, 27 noviembre 2017)

Luis Gulman Checa

En los últimos días, dos personas muy mías, han sido víctimas de acoso/ataque/insultos por parientes femeninas por afinidad del gobernador, mi sobrino por nuestros ancestro Eguiguren, Reynaldo Hilbck Guzmán; motivados, según ellas, por mis incalificables ataques al susodicho a través de esta página.

Vayamos por partes y cucharadas:

·         No soy ningún improvisado en la materia como lo demuestran mis artículos publicados en “El Tiempo” de Piura desde la década de los 80 del siglo pasado. Ergo, para bien o para mal, está en mis genes exponer, públicamente, mis opiniones. Preciso, además, que muchos fueron reproducidos en diarios tanto de la capital como de otras ciudades del país.

·          No hay que ser un genio para entender/aceptar que los personajes públicos (expresión que no tiene nada que ver con mujeres públicas, como usualmente se denomina a rameras y/o prostitutas) están, obligada  y necesariamente, expuestos a la crítica.

·         El permanente escrutinio y control sobre ellos necesariamente tiene que agudizarse cuando acceden a cargos por elección, por cuanto, si llegaron a desempeñarlos fue porque lo ansiaban con toda su alma. Ergo, tiene que darse por aceptado que se sentían preparados, en todo sentido, así como también contaban con el imprescindible equipo integrado por personas idóneas para ayudarlo en el cumplimiento de la tarea.

·         Como piurano bien nacido habría sido feliz si  la gestión de Reynaldo  hubiera sido sobresaliente: Sin embargo, fatal y lamentablemente, hasta ahora no solo se ubica muy lejos de ello sino que, para peor, terca e inexplicablemente se mantiene pésimamente acompañado.

·         Una reiterada imputación lanzada contra mí por las citadas damas se originó en uno de mis artículos comentando la seria, clara y, aparentemente, muy bien documentada acusación de un periodista radial, respecto a una indebida adquisición de tierras por parte de Emilio, hermano de Reynaldo, sin que apareciera una sola palabra dando por válida la misma.

·         Todo lo contrario, pues lo que me motivó fue resaltarla a modo de llamada de atención para que los imputados, mis sobrinos, por si no hubieran tenido conocimiento de la misma, se informaran y tomaran las medidas que el orden legal establece para hacer prevalecer la verdad y lograr la aplicación de la correspondiente sanción al, supuesto y aparente, difamador.

·         Incluso, consigné por escrito que una de las situaciones que podrían materializarse en el futuro cercano, era la aparición del cadáver del  periodista atravesado por todas las balas de la cacerina de una pistolas 09 mm de alguno de los hermanos, haciendo uso de una figura literaria por cuanto - aunque ello es lógico y natural en Sicilia debido al respetable temperamento de tales personas - en el Perú está desterrada la ley de la selva.

·         Hago recordar que tal periodista, posteriormente, tuvo un traspié que motivó su retiro del aire. Sin embargo, volvió cual héroe a los pocos días aclamado por sus oyentes como defensor de los derechos ciudadanos.

Termino señalando un hecho real y concreto:

El “difamador” continúa vivito y coleando y, cotidianamente, con micro en mano”.