UN BURÓCRATA POR UN TECNÓCRATA

(Piura, 03 noviembre 2017)

Luis Gulman Checa

Renunció el súper tecnócrata llegado de las canteras del Banco de Crédito, Pablo de la Flor, siendo  reemplazado por el polifacético burócrata, Edgar Quispe Remón, en la conducción de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios. Dicho relevo, ¿augurará  un futuro venturoso para los cientos de miles de ciudadanos, o millones, que continuamos viviendo en pésimas condiciones por la inacción de las autoridades competentes o significará un simple cambio de mocos por babas?

Para quienes opinan que encargar la tarea a un “Zar” es un error, obviamente el cambio sería intrascendente y la situación continuaría tan calamitosa como hasta ahora.

Sin embargo, como Edgar es burócrata hasta el tuétano (ha pasado por innumerables cargos, sectores y varios gobiernos) no tendrá la posibilidad de culpar de la inacción a las trabas impuestas por los tediosos y complejos procesos públicos, por cuanto, como es obvio, a diferencia de su antecesor, él sí estará en su salsa al conocerlos al revés y al derecho.

Ojalá Dios haya guiado a PPK y su entorno con esta designación por cuanto es deprimente/desmoralizante constatar tamaña ineficacia/ignorancia imperante hasta ahora, habiendo transcurrido más de medio año de producido el deterioro, sin que se mueva un dedo construyendo como es debido. Pregunto:

¿Qué razón, salvo la incuria, incapacidad y absoluta falta de cojones, puede justificar que, desde meses atrás, no estén en plena reconstrucción las carreteras Sullana – Talara – Tumbes y sus respectivos puentes; como también la de Piura a Sechura, entre muchas otras obras similares?

No olvidemos que, ni más ni menos que el gerente de Infraestructura del GRP, cuyo nombre es irrelevante, declaró públicamente que los funcionarios a su cargo temían estampar sus firmas en los documentos pertinentes por el temor que los atenazaba ante la serie de denuncias y procesos investigativos en marcha por actos de corrupción de funcionarios.

Siendo entendible y humano que fueran embargados por tales sentimientos, un comportamiento correcto y honesto hubiera implicado su inmediata renuncia a sus cargos por incapacidad absoluta para desempeñarlos, por cuanto, permanecer enquistados sin asumir responsabilidades, equivale a robarle al fisco.

Edgar: ¡Ojalá estés hecho de buena madera!