¡CAIGA QUIEN CAIGA!
(Piura, 08 noviembre 2017)
Luis Gulman Checa
La reiterada, manida y vacía expresión del
título, expresándonos criollamente, nos debería tener con los coj… hinchados y
a punto de reventar, por haberla oído cientos de veces sin que jamás se haya
concretado la masiva limpieza y encarcelamiento de corruptos, implícita en
ella.
El último adalid en sacarla a la luz ha sido,
ni más ni menos, el señor Fiscal de la Nación, cabeza y guía del ente que
maneja, figurativamente, la guillotina encargada de degollar a cuanto ratero,
proxeneta, violador, des colmatador, asesino, vende patria y, en fin, a todo
aquel que delinca bajo cualquiera de las tantas modalidades en boga en nuestro maltratado,
vapuleado, asaltado y asolado país, especial y primeramente, por muchas de sus
autoridades.
Dijo el adalid:
“Combatiremos la
corrupción caiga quien caiga”
Pablo Sánchez recibe el respaldo de los fiscales y del
equipo de “Lava Jato” ante los ataques de Fuerza Popular (la recua de Keiko). Magistrados rechazan
intromisión política en su labor.
El congresista fujimorista Daniel Salaverry (¿cambia de
partido como de camisa?) presenta acusación constitucional contra Sánchez. “Espero
que el Congreso lo destituya”, dijo el legislador.
Roguemos que el Señor de los Milagros - igual
como posibilitó el agónico y salvador gol de tiro libre del “Depredador” ante Colombia
- ilumine, fortalezca y guíe a Pablo y su numeroso equipo, desperdigado a lo
largo y ancho del país, para que, ahora sí, cumpla cabal y dignamente con el significado
de la maravillosa frase (para los oídos de las personas de bien) que acaba de propalar, firme e indignado, ante
el burdo y grosero atropello perpetrado por la recua, no solo contra su
persona sino, mil veces peor, contra la institución que representa, el Ministerio
Público, fundamental para mantener la
vida de los peruanos en el cauce del orden, seguridad y tranquilidad, estando
obligado a sacar a la luz toda clase de delitos, entre ellos, cómo no, el lavado
de activos, sea quien fuere estuviera incurso en el mismo.
Si el Fiscal de la Nación cumpliera fiel,
estricta y cabalmente con el cuasi juramento que acaba de lanzar a los cuatro
vientos, sin duda alguna pasaría a ocupar lugar predominante en el imaginario
templo en el que veneramos a los auténticos fundadores y defensores de la
patria.
¡DIOS LO AMPARE, GUÍE Y PROTEJA!