CAOS TOTAL: CORRUPCIÓN + BLOQUEO DE CARRETERAS
(Piura, 13 mayo 2019)
Luis Gulman Checa
No se requiere gran dosis de perspicacia para
percibir que el Perú enfrenta una situación sumamente compleja y peligrosa,
pues, al destape de la olla en la que la corrupción generalizada se ha venido
cociendo las últimas décadas, comprometiendo desde la más alta instancia de
gobierno hasta funcionarios de bajo nivel, ahora, quizá siguiendo el ejemplo de las
comunidades anexas a la explotación minera de Las Bambas que hicieron y
deshicieron a su antojo zurrándose en las normas; los agricultores de todo el
país han decretado un paro general bloqueando carreteras afectando a tirios y troyanos, también zurrándose en
los derechos de los ciudadanos comunes y corrientes.
Continuando con la tónica imperante y de
acuerdo a información difundida por la edición de “El Tiempo” de la fecha, es
fácil pronosticar que, en los próximos días, se decretará una masiva huelga de
hambre hasta las últimas consecuencias (como la que enfrentó la ”Dama de Hierro”)
acatada por más de cinco mil piuranos:
Más de 5 mil
empleados no tendrían jubilación.
Son 42 entidades del GORE y comunas las que adeudan más
de S/. 40 millones a las AFP. Especialista advierte que no les asistirá fondo
cando dejen de trabajar.
Considero que la situación de estos
servidores públicos sí sería justificatoria de cualquier medida de fuerza para
hacer respetar sus derechos, como, por ejemplo, incendiar los locales de los
organismos responsables de la estafa estando dentro de ellos quienes
permitieron tremendo robo y/o atropello.
Además, ¿cuántos son los gremios de jubilados
que, periódicamente, se estacionan frente al local del GORE reclamando el pago
de devengados? ¿Acaso tal situación no podría originar otras huelgas de hambre?
Frente a estos evidentes abusos, los
agricultores piuranos han sido bendecidos por grandes obras de infraestructura
de riego que permitieron convertir miles de hectáreas de cultivo que se
sembraban eventualmente, en tierras
labrantías permanentes, como lo prueba, indiscutiblemente, la proliferación de cultivos
de raíz, los cuales, como sabemos, requieren contar con riego asegurado.
Analicemos uno de los puntos de reclamo que
sustentan el paro:
Reconstrucción inmediata
de la infraestructura de riego destruida por el Niño Costero.
Una vez más, parafraseando a “Camotillo”, les
diré “No mojen que no hay quien planche”, pues, está más claro que el
agua que la citada destrucción se debe, única y exclusivamente, a que los
bendecidos por estas obras pagadas por todos los peruanos olvidaron,
absolutamente, meterse al mano al bolsillo para proveer los recursos
indispensables para darles el debido mantenimiento.