INTOLERABLE BUROCRACIA MUNICIPAL

(Piura, 04 mayo 2019)

Luis Gulman Checa

Es increíble que el Estado no se haya preocupado por poner coto al fenómeno que viene incrementando al infinito la carga burocrática de los entes públicos, debido a las reposiciones dispuestas por el Poder Judicial amparado en el desconocimiento o corrupción de los funcionarios, quienes, al incumplir las normas de contratación,  abren las puertas  para que aquél,  ¿irresponsablemente?,  disponga reincorporaciones.

“El Tiempo”, edición de la víspera, trajo otra aterradora información:

Cerca de 800 trabajadores regresarían a la Municipalidad de Castilla por orden judicial.

Alcalde señala que este problema ha sido heredado de las gestiones anteriores y la comuna no tiene muchos recursos.

No teniendo ni un pelo de letrado, me pregunto qué sucedería si el responsable de una entidad a la que el Poder Judicial  le genera tremendo perjuicio/problema, le retruca, m/m,  lo siguiente:

No siendo mago ni Midas para convertir la tierra en dinero,  le agradeceré ordenar al Ministerio de Economía y Finanzas provea los recursos para solventar el pago de remuneraciones  de los repuestos.

Mirando el problema tras un cristal, el funcionario que no acatara la resolución judicial sería denunciado por Abuso de Autoridad, delito penado con privación de la libertad, pero, cambiando de cristal, ¿acaso no cometería peculado, dispendiando recursos destinados a inversión para pagar sueldos a personal superfluo, inepto e innecesario?

La estabilidad laboral infinita y casi absoluta imperante en el país,  especialmente en el sector público, es una lacra y peso muerto que lastra el accionar de los entes estatales. ¿Por qué? Por cuanto, está más claro que el agua que protege a incompetentes, ociosos, pícaros y otras hierbas, dado que un jefe tendría que ser una bestia para deshacerse de servidores idóneos.

Le recomendaría al alcalde de Castilla asesorarse adecuadamente para judicializar (término de moda) tan bárbara Resolución. Ello podría embrollar el tema y dejarlo para las calendas griegas, como, por ejemplo, sucede desde muchos años atrás con la gigantesca deuda de Telefónica al Estado peruano, impaga por los enredos judiciales en los que está inmersa.