LA JUNTA NACIONAL DE JUSTICIA: ¿Y AHORA?

(Piura, 21 mayo 2019)

Luis Gulman Checa

El resultado del examen al que se sometieron los postulantes a integrar la JNJ, bien analizado, es más grave que tres “Niños Costeros” consecutivos, por cuanto, mientras los perjuicios ocasionados por éstos son fácilmente subsanables, cuando hay capacidad y honradez; la referida prueba  ratificó el pobre nivel de quienes, según ellos, integraban la crema y nata del Derecho,  autocalificándose como idóneos para desempeñar cargos de enorme trascendencia para la buena marcha de la judicatura en el país.

Ello podría llevarnos a pensar que la proliferación de Universidades han saturado el medio con ¿profesionales? que de tales solo tendrían cartones para enmarcar y colgar en la pared.

¿Cuáles serían los resultados si, imitando el procedimiento para designar a los miembros de la JNJ, se sometiera a exámenes previos a quienes aspiraran acceder al Congreso, gobernaciones  y alcaldías?

Como soñar no cuesta nada, si así hubiera sido, imaginemos cuántos de los actuales congresistas hubieran podido postular al Congreso.

Analizando la situación a través de otro cristal, preguntémonos si acaso no se trata de un mero cambio cosmético la sustitución del Consejo Nacional de la Magistratura por la futura Junta Nacional de Justicia, por la simple razón de que ambos organismos, estuvieron y estarán, constituidos por peruanos,  muchos de ellos seguidores incondicionales de alguno de los integrantes  de la interminable lista de ladrones y corruptos enquistados por décadas en el poder, atentando contra nuestro desarrollo.

No olvidemos que la democracia es como el licor. ¿Por qué?  Por cuanto ambos, consumidos con moderación y sin excesos, alegran el espíritu y avivan el ambiente, mientras que, al administrarse en cantidades exageradas, originan caos y desgracias por doquier.

Así entonces, modestamente, pienso que la excesiva democracia está acabando con el Perú, siendo pruebas indiscutibles de ello, las siguientes:

1)     La larga lista de autoridades, de todo rango, condenadas o procesadas;
2)     El impresentable actual Congreso de la República;
3)     La pléyade de presidentes regionales, gobernadores y alcaldes,  presos, procesados y/o prófugos.



No olvidemos que todas estas personas accedieron a los cargos en virtud de la ¿bendita? democracia, en este caso a través de nuestros votos.

Propuesta:

La Comisión Especial designada para la JNJ, debe proponer  a los 14 miembros de la misma, entre titulares y suplentes, estableciendo un plazo perentorio para que cualquier ciudadano tache a quien crea conveniente con argumentos reales, concretos y demostrables. Así, entonces, en el supuesto que no se presentara tacha alguna, quedarían automáticamente ratificados.  

Para bajar el exceso de democracia, alcaldes y gobernadores deberían ser designados, lo que ayudaría a descongestionar los establecimientos penales,