¿POLÍTICA SIN PARTIDOS?
(Piura, 23 mayo 2019)
Luis Gulman Checa
Siendo la política la ciencia que se ocupa
del gobierno y la organización de las sociedades y los Estados y, como sucede
en los que impera la democracia son los partidos políticos los entes que trazan
o proponen las líneas maestras para conducirlos/administrarlos, reflexionemos
sobre lo siguiente:
¿Qué le esperará a
nuestro vapuleado, maltratado y rapiñado país el 2021, cuando deberemos elegir a quienes se encargarán
de conducir los Poderes Ejecutivo y Legislativo, si en la práctica, no existen
partidos políticos?
Empecemos analizando el estado que muestra el
Partido más importante y trascendente del país durante el siglo XX, el partido
Aprista, preguntándonos si todavía existe. Si bien aún no ha expirado, se halla en articulo mortis, demostración de lo cual es tanto su acefalía
dirigencial como que en las pasadas elecciones nacionales ni uno solo de sus
candidatos logró ser elegido gobernador regional ni tampoco obtuvo la alcaldía de ninguna capital regional, incluido, como confirmación
de su casi extinción, el antaño bien
llamado sólido norte.
Acción Popular sí logró imponer a tres de los
suyos como gobernadores repitiendo la performance con igual número de alcaldes
en capitales regionales. Sin embargo, al
igual que al partido Aprista los líos internos también lo mantienen al borde
del colapso.
El Partido Popular Cristiano, también desapareció
del mapa político sin participación alguna y, sobreviviendo con respirador
artificial sin duda mientras su
fundador continúe en este “valle de lágrimas”.
Como confirmación de la virtual inexistencia de partidos políticos en el país,
tenemos que el triunfador en los pasados ya citados comicios, fue Alianza para el
Progreso obteniendo cuatro gobernaciones. Sin embargo, reconociendo que cuenta
con plata
como cancha, lo que sin duda le
permitió obtener tales resultados aprovechando la obligatoriedad de
votar y la falta de preparación de la gran mayoría de electores, con la mano en
el corazón, ¿puede semejante conglomerado calificarse como partido político,
cuando, ha quedado demostrado que incluyó en sus listas de candidatos a
impresentables delincuentes sin duda porque en sus jurisdicciones jalarían
votos?
Como reconfirmación del caos/colapso/deterioro
de los “partidos políticos”, meditemos sobre el significado de un hecho
inimaginable en un país auténtico:
Fuerza Popular, el “partido”
de Keiko, que en las elecciones generales del 2016 arrasó obteniendo una
mayoría congresal nunca antes vista, en las pasadas elecciones regionales y
municipales del 2018, quedó por las “patas de los caballos” sin ungir ninguno
de los suyos como gobernador o alcalde de alguna capital de región.
Entonces, en las últimas décadas, ¿se ha
estado votando por “Partidos Políticos” o por entelequias conformadas según soplaba
el viento, como, por ejemplo, sucedió con Perú Posible creado/inventado
ante la coyuntura abierta por el destape de los vladivideos?
Qué sucederá el 2021:
¿Aparecerá un émulo
Alejandro Toledo o del Espíritu Santo?