¡QUÉ PENA!: ANTICORRUPCIÓN EN PRIMERA FILA

(Piura, 11 mayo 2019)

Luis Gulman Checa

¡Cómo estará de podrido el aparato público que el gran debate regional no está centrado, por ejemplo, en escoger al Director de Obras del GRP sino, aunque parezca mentira, al Jefe de la Oficina Anticorrupción!

No puede haber mayor, mejor o más claro reconocimiento de que la CORRUPCIÓN es el maldito mal que nos tiene sumidos en el atraso y, ahora, peor aún, en el fatal inmovilismo; que la ácida polémica por escoger a un súper funcionario para que se encargue de capar - es lamentable pero solo figurativamente - a la inmensa sarta de corruptos enquistados. Sin embargo,  reconozcámoslo: no llegaron al puesto por asalto o prepotentemente (como actúan los comuneros de las Bambas), sino designados, libre y voluntariamente,  por funcionarios que, bien mirado el asunto, son más corruptos que sus protegidos.

Tremendo informe,  detallando la corrupción,  ocupando dos páginas de la edición de “El Tiempo” de la víspera, respalda lo opinado en el presente, por cuanto, teniendo el GRP en sus manos enormes y trascendentes  responsabilidades, es patético que transcurridos 04 meses de instalada la flamante administración, no haya movido ni un solo dedo en el cumplimiento y ejercicio de sus deberes y obligaciones.

A riesgo de ser acusado, juzgado y sentenciado por “Futurólogo Terrorista”, me atrevo a vaticinar - en caso el Arzobispo no acoja mi ruego de exorcizar al gobernador y todo siga como hasta ahora - que los niveles de deterioro que azotará nuestro querido departamento de Piura, serán espeluznantes al término del presente mandato regional.

Para agravar más aún la situación y habiendo en el tapete departamental innumerables y claras demostraciones de CORRUPCIÓN MONUMENTAL, tomando el rábano por las hojas, los medios están bombardeando a la opinión pública informando sobre  malos  manejos en un proceso ¿de dos por medio?, como el manoseado concurso CAS en el sector Educación, cuando, paralelamente y desde años atrás, se vienen dando atroces rapiñas no solo sangrando el erario para engordar unos cuantos bolsillos asquerosos, sino, mil veces peor, frenando brutalmente el desarrollo regional.

Por ejemplo, le  pregunto por enésima vez, estimado lector:

¿Cuál será el grado de corrupción que contaminó al Proyecto Alto Piura, desde el primer momento, cuando, transcurridos casi 10 años de su puesta en marcha y desembolsados varios cientos de millones de soles, esta, prácticamente, en CERO?