E D U Q U É M O N O S
(Piura, 04 agosto 2019)
Luis Gulman Checa
Una diferencia fundamental entre el hombre y
los animales es la capacidad de razonamiento del primero, razón por la que, en
vez de mantenerlos enjaulados como sucede con los segundos, por ejemplo, en los
zoológicos; desde pequeños se les educa e instruye, tarea compartida entre los
progenitores, en primera instancia, continuada, a veces, en colegios y universidades.
Así entonces, sería pertinente la siguiente
sentencia:
Mientras los animales
son seres irracionales incapaces de razonar, el hombre, creado a imagen y
semejanza de Dios, es inteligente y capaz de decidir según su albedrío.
Digresión:
No obstante, me consta, hay animales más
inteligentes que humanos atropellados, confirmado por dos canes caseros circulando
solos y a su antojo por toda la ciudad, sin jamás haber sido lesionados.
Si lo expuesto estuviera conforme a la
verdad, diga, estimado lector, qué opinión le merece, si fuera cierta, la
siguiente nota aparecida en la sección Chiquitas de la edición de “Correo” de la
fecha (corregida):
“Nos informan que los vecinos de la avenida
Circunvalación solicitan señalizar la vía y colocar rompe muelles porque los
vehículos circulan a excesiva velocidad habiendo causado accidentes”.
Se supone que los accidentes se refieren a
peatones atropellados por vehículos circulando a la velocidad del rayo, lo cual
me trae a la mente un conflicto que nos viene afectando, sugiriéndome una
comparación:
Así como persiste la
discusión sobre si la responsabilidad del perjuicio causado al país es
achacable a Odebrecht (y demás empresas) o a los corruptos/rateros gobernante y
funcionarios que exigieron coimas; también tendríamos que preguntarnos quien
sería el responsable si tales accidentes hubieran sucedido: ¿los vehículos o
los bestias con aspecto humano que se lanzaron a la vía, construida para la
circulación de aquellos, sin mirar, previamente, si no había peligro a la
vista?
La proliferación de ¿malditos? rompe muelles,
eufemísticamente llamados reductores de velocidad, son lacras que JODEN
a cuanto vehículo circula, día y noche, haya o no gente a la vista, siendo
su proliferación directamente
proporcional a la estupidez y/o ignorancia del hombre.