RENACE  LA  ESPERANZA
Piura, 20 agosto 2019)

Luis Gulman Checa

Cuando estábamos  desconcertados y pesimistas  ante las cuestionables performances de  los últimos cinco presidentes de  la República respecto a las opciones que tendríamos para elegir el próximo  (Dios quiera el año venidero); salió formalmente a la palestra un candidato, limpio y sin mácula porque ni siquiera ha estado enrolado en partido alguno,  con amplia experiencia pública como Fernando Cillóniz Benavides, cuya envidiable carta de presentación, luego de haber sido gobernador de Ica y en comparación con lo acaecido en muchas regiones, está libre de procesos y cuestionamientos como prueba irrefutable de su  honradez.

Sin embargo,  a Dios gracias no es el único, pues también apareció cual cometa llegado del espacio el súper silencioso pero eficiente al máximo Carlos Neuhaus, quien, casi subrepticiamente y sin aspavientos, ha dado una lección a la inmensa recua de incapaces y corruptos desperdigados a lo largo y ancho del país infectando entes públicos quienes, atentando contra el desarrollo y bienestar de millones de peruanos y vestidos con ropajes de todo color, priorizan el engordar sus asquerosos bolsillos rapiñando el erario sembrando el país de ¿obras? abandonadas, innecesarias,  que sucumben ante la caída de miserables lluvias, ínfimos sismos y/o refrescantes vientos.

Nadie, en su sano juicio, a partir de la caótica situación que viene dándose en el Perú, debería mantenerse al margen tal y como si su participación/opinión fuera innecesaria o intrascendente para coadyuvar a sacarlo del oscuro hoyo en el que está inmerso, pues, no lo olvidemos, dependerá de nosotros determinar quién tomará  sus riendas en reemplazo de Martín Vizcarra, cuando decidamos a quién darle nuestra confianza, a través del voto.

Considerando, además, el hartazgo que ha hecho presa en la población respecto a toda la clase política, exacerbado tanto por las ya citadas actuaciones de los últimos presidentes como también por el vergonzoso y aterrador espectáculo que, cotidianamente, los ¿políticos? nos ofrecen; es del más elemental sentido común la urgente necesidad de inyectar sangre fresca y no contaminada al sistema político, tirando al desagüe la actual porquería que lo ha parasitado/infectado para desgracia del Perú.

Próximamente se determinará si al Perú le espera un futuro promisorio o, por lo contrario y como algunos agoreros vaticinan, seguiremos cuesta abajo terminando como la actual Venezuela, según el camino seguido por{}
 los actuales “presidenciales” (excluidos los anti y virtuales traidores a la patria):

·         Si empiezan a sacarse los ojos, no tendremos futuro.

·         De sentarse a una mesa y unirse todos como un puño alrededor del mejor candidato, el futuro sería promisorio.