¿HAY PARTIDOS POLÍTICOS EN EL PERÚ?
(Piura, 02 agosto 2019)
Luis Gulman Checa
Leo declaraciones del distinguido politólogo,
Víctor García Toma, referidas al inconveniente adelanto de elecciones propuesto
por el presidente de la República, argumentando
lo siguiente:
“Ningún partido está
preparado para un adelanto de elecciones”
Evidentemente, el declarante, olvidando la
tesis de su maestro referida al Espacio - Tiempo histórico, se desubicó retrotrayéndose a tiempos pretéritos cuando,
mal que bien, podía decirse que sí había partidos políticos en nuestro país.
Sin embargo, mirando someramente el ambiente actual, envolviendo tanto a los ¿partidos? como a los
¿dirigentes? de los mismos: ¿es serio afirmar que, hoy por hoy, hay partidos políticos
peruanos?
Hasta un ciego puede ver claramente que el
estado de la política en el Perú, y obvia y lógicamente, el de los ¿partidos?;
se asemeja al estado que presenta una población azotada por un tifón con vientos de 500
kilómetros/hora, ininterrumpidamente, por el lapso de un mes. Es decir, es un
desastre absoluto.
Reiterando que la propuesta presidencial
merece calificarse de salomónica y, por ende, en la seguridad que el 2020 sí
habrá elecciones generales -incluyendo, ruego a Dios así sea, la de
gobernadores -, considero que, previamente, debería disponerse, m/m, lo
siguiente:
Para inscribir
candidaturas a la presidencia de la República, Congreso Nacional y Gobernaciones,
bastará el respaldo de 500 ciudadanos libres de cualquier mancha que pudiera impedirles
ser candidatos, es decir, por ejemplo, no tener pendiente proceso alguno por
violaciones u otras.
Tal propuesta deviene del más elemental sentido
común por cuanto sería irracional permitir que, la mugre que ha puesto al Perú
al borde del colapso, tenga oportunidad de volver a infectarnos con impresentables,
como tantos actualmente pululando en el Congreso y otras áreas del Estado.
Consideremos que la clase política peruana,
figurativamente, fue atacada por bacterias que le produjeron gangrena, y, como
es sabido, la única forma de salvar de la muerte ante mal tan atroz, es amputar
la parte infectada.
Siendo la pura verdad que la clase política está
gangrenada, ¿acaso no es necesario erradicarla y enterrarla profundamente?