MIREMOS HACIA OTRO LADO
(Piura, 27 agosto 2019)
Luis Gulman Checa
Hartos del vil enfrentamiento Vizcarra vs
Congreso; interminables destapes referidos a Lava Jato y al Club de la
Construcción; lloriqueos sobre la
lentitud con que avanza la ¿reconstrucción?; anuncio fiscal sobre el inicio de procesos
sobre decenas de funcionarios piuranos cuestionados; diarias denuncias que van
desde latrocinios al interior de las varias Unidades de Gestión Educativa hasta
acosos achacados a funcionarios abusadores; etc., por higiene mental, creo conveniente
referirme a la última noticia que ha conmocionado al país:
Paolo Guerrero
solicitó a Ricardo Gareca no convocarlo para los dos próximos partidos
amistosos que disputará la gloriosa bicolor.
No tengo la menor duda que circunstancia tan
crucial para el destino y futuro del país, como es la auto exclusión del
fenomenal capitán, depredador de defensas y goleador incomparable, como es el
magnífico Paolo; ha ocasionado un cataclismo al interior de la ciudadanía,
dejando, como temblorcitos de dos por medio, la gran cantidad de asuntos que,
hasta antes de su aparición, tenían atrapada la atención ciudadana.
¿Acaso, el antaño
endiosado capitán y goleador, traicionó al Perú y los peruanos optando por
defender la camiseta de un club no solo extranjero sino del país de origen de
las empresas contratistas que, artera y sibilinamente, con sus manos llenas de
sucios y pestíferos billetes arrasaron el Perú pervirtiendo y corrompiendo a
infinidad de compatriotas congénitamente puros e inocentes, embaucándolos y
llevándolos, malignamente, a traicionarnos?
Ante las voces desatadas contra la decisión
de Paolo, destacando la de uno de los artífices de los últimos fantásticos lauros obtenidos por nuestros futbolistas,
tanto en el mundial de Rusia como en el reciente sudamericano escenificado en
el Brasil, como es Juan Carlos Oblitas, el querido e inigualable “ciego” para
todos los auténticos amantes del fútbol (¿el 98% de los peruanos?); criticándolo
y ¿lapidándolo? por preferir defender un club extranjero antes que la ya citada
y gloriosa rojiblanca; el desconcierto y la angustia ha hecho presa del mundo
del fútbol, único importante y trascendente para los peruanos auténticos y
amantes de la patria, al dejar flotando la duda/amenaza de que, en el futuro,
el citado ¿traidor? no volvería a ser convocado.
Así, entonces, una nueva, trascendente y
vital polémica - que dejaría como mero lío de comadres el ¿adefesiero? impase
generado por la explotación de Tía María en Islay, Arequipa - se ha abatido
sobre nuestro desconcertado Perú, al haber puesto en entredicho si, el endiosado
“Depredador” realmente ama a su país, como, por ejemplo, pregonaba Alejandro
Toledo y otros especímenes semejantes, o, solo se siente atraído por el vil y
sucio metal.