GENERALES DESPUÉS DE LA GUERRA

(Piura, 26 agoto 2019)

Luis Gulman Checa

La edición de “El Tiempo” de la fecha trajo una entrevista a quien fue derrotado  en la segunda vuelta  para elegir gobernador el año pasado, Santiago Paz López, dándose aires de consumado estadista, al extremo que, quienes eligieron a la actual rémora, se lamentarán ad infinitum por  el bárbaro error perpetrado, pues, habiendo podido encumbrar a un iluminado, optaron por alguien con el cerebro en absoluta oscuridad.

No obstante, hubiera sido conveniente que el entrevistador, José Rivera, precisara si la misma se realizó de cuerpo presente con preguntas y respuestas en vivo, grabadora de por medio, o, por lo contrario, se  optó por el mecanismo de formularlas por escrito para ser respondidas, luego de largas y profundas meditaciones y consultas,  por la misma vía.

La reflexión anterior se sustenta en que el entrevistado, cuando fue candidato, se caracterizó por su extremada mudez, es decir, fue incapaz de expresarse, coherente e inteligentemente, difundiendo tanto su programa de gobierno como haciendo conocer su ¿formidable? equipo, a pesar de haber sido requerido insistente y permanentemente. En contraposición, ahora se explaya incontenible aunque mezclando papas con camotes  en sus confusas disquisiciones.

De ningún modo afirmo que la parquedad sea un síntoma de incapacidad, estupidez u otras lacras, ni, tampoco, que la labia sea garantía de eficiencia y honestidad,  pues, como el país lo sufrió en la penúltima década del siglo pasado, la oratoria fluida, pomposa e inacabable no garantiza que el ¿bendecido? sea un regalo del cielo, pudiendo, por lo contrario, ser  un émulo de satanás. Sin embargo, en atención al aserto que dice: bueno es culantro pero no tanto, francamente, durante la campaña proselitista, el susodicho dejó la impresión de ser mentalmente limitado.

Decidiéndome por la opción que la entrevista se realizó con preguntas por escrito, hay una inentendible referida a la corrupción:

¿La gestión regional le está haciendo daño a la corrupción? 

Cualquiera, con dos dedos de frente, entendería que el inquisidor pregunta al señor  Paz si cree que la gestión de Servando García está luchando, a brazo partido y con todas las armas a su alcance, contra la maldita corrupción.

Sin embargo, respondiendo Definitivamente sí, continúa diciendo que no se están disminuyendo los altos índices de corrupción. ¿Será posible mayor incoherencia?



Pregunta  final:

¿Será, Santiago Paz, el personaje en el que ha puesto el ojo el decano para sacarle las castañas del fuego a Piura?