“SAN” MARTÍN: DEVUÉLVENOS NUESTRA AGRICULTURA (I)
(Piura, 15 octubre 2019)
Luis Gulman Checa
El ruego lo formula un piurano por
los cuatro costados, no al santo del perro, pericote y
gato sino al presidente de la República, Martín Vizcarra, quien, sin la menor
duda, de atender la súplica, sería elevado a los altares de la mente y corazón
de los piuranos por los siglos de los siglos al liberarnos del nefasto yugo al que
nos sometió Juan Velasco Alvarado, destruyendo nuestra próspera organización
agraria.
Rememoremos, paso a paso, cómo nuestra
pujante agricultura se fue al mismísimo diablo por obra y gracia
del citado “Atila”:
·
Grandes
haciendas muy bien organizadas, fueron expropiadas. Así, los antiguos dueños y administradores
que tenían conocimiento y experiencia, fueron echados a la calle y, con ellos, también
toda la sapiencia acumulada.
·
Estas
fueron puestas en manos de Cooperativas conformadas por quienes laboraban en
ellas al momento de la intervención, convirtiéndose, de la noche a la mañana,
sin ninguna preparación previa, en amos y señores haciendo y deshaciendo. Ello
equivalió a que los oficiales de un ejército en guerra, abruptamente,
recibieran una patada dejando la
conducción en manos de los soldados rasos.
·
Sintetizando,
las mismas se convirtieron en antros de corrupción por cuanto, en atención al
aserto que dice: “Lo que es de todos no
es de nadie”, quienes ostentaban el mando lo utilizaron para rapiñar y enriquecerse
a través de los mismo procedimientos que sacó a la luz el caso Lava Jato: CORRUPCIÓN
GENERALIZADA.
·
El
siguiente paso fue la masiva proliferación del minifundio, luego que las
inviables cooperativas terminaron seccionadas, cual cerdos, repartiéndose la tierra
entre los cooperativistas.
Así, entonces, grandes extensiones de los
fértiles valles piuranos que habían venido siendo explotadas adecuada y
racionalmente, se convirtieron en terrenos abandonados y/o soportando cultivos
de dos
por medio, reduciendo, drásticamente, el aporte de la agricultura
piurana tanto al PBI como a la generación de mano de obra y, también, originando
los programas vaso de leche, clubes de madres y
otros similares, por la pobreza generalizada.
Como la Reforme Agraria también afectó la sierra, donde existían latifundios
ganaderos, la desaparición de los mismos fue el origen de la masiva migración a la costa, como queda demostrado por la
incontenible proliferación de Pueblos Jóvenes circundando las ciudades.
Resumiendo y a modo
de comparación:
Los letales y/o
malditos efectos de la Reforma Agraria para Piura, fueron mil veces peores que
los perjuicios causados por tormentas y huracanes, como el que recién asoló el
Japón.