“SAN” MARTÍN: DEVUÉLVENOS NUESTRA AGRICULTURA (FINAL)
(Piura, 26 octubre 2019)
Luis Gulman Checa
Así como hasta un bisoño enfermero sabe que un
paciente con 08 de hemoglobina requiere, urgentemente, una transfusión de
sangre, también, cualquier persona, mínimamente pensante, entiende que el
primer paso para revertir la atroz situación que asola nuestra agricultura es
gravar con un precio idóneo el agua regulada.
Por enésima vez, poniendo el
parche anticipándome a los nefastos y malignos - ¿émulos de satanás? -
populistas y demagogos prestos a argüir lo inhumano que sería cobrar por el
agua; reitero que en el valle del Alto Piura SÍ SE PAGA EL JUSTIPRECIO POR
CADA LITRO UTILIZADO por
cuanto se extrae del subsuelo tras
realizar las siguientes inversiones/gastos por los agricultores:
·
Perforar un pozo.
·
Equiparlo.
·
Operarlo.
·
Mantener el equipo.
Entonces, un raciocinio
primario y elemental sería el siguiente:
Estando legislado que
la inversión en obras hidráulicas, como las de San Lorenzo y Chira Piura, debe
recuperarse a través de la tarifa, en la que también, obviamente, se incluirá
el costo de la operación y mantenimiento, ¿por qué diablos no se fijó, desde el
inicio, una tarifa justa y legal? Si así se hubiera hecho, tanto la
infraestructura de San Lorenzo como el Sistema de Drenaje del Bajo Piura
estarían perfectamente operativos.
Reflexionando respecto a que el agua regulada -
diferente de la de lluvia o la que discurre por ríos y quebradas sin
interferencia humana - es un bien de igual naturaleza que el combustible, la
energía electrifica y/o el agua potable, todos los cuales se adquieren a cambio
de un precio establecido, concluiríamos que no cobrarla, como viene sucediendo,
además de ilegal es irracional.
La otra gran razón para fijarle su justiprecio
es que, cuando ello suceda, el agricultor, como hacía antaño antes de la
existencia del Sistema Chira Piura, volverá a cuidarlo como ORO
EN POLVO, lo que implicaría
tanto la desaparición de cultivos de masivo consumo como la tecnificación de los sistemas de riego
para cultivos con producciones de gran valor.
Como soñar no cuesta nada, cerremos los ojos e
imaginemos cuál sería la situación de Piura y los piuranos si, por ejemplo, el
panorama fuera el siguiente:
La actual zona de San
Lorenzo ampliada a 60,000 Has. de tierras de cultivo sin canales y plantaciones
mayoritariamente permanentes inundando
los mercados del mundo con sus productos y, también, la actual Cieneguillo, con
su área, por lo menos triplicada, decorada con vastas plantaciones de
limoneros, mangos y parronales, regados mágicamente al carecer de canales.