EL COVID

 

(Piura, 28 enero 2021)

 

Luis Gulman Checa

 

Hasta ahora no había osado opinar respecto a las disposiciones que vienen emanando del gobierno con el propósito de hacer frente a esta pandemia por una razón muy simple: soy un ignaro absoluto (como los del GRP) en temas tan especializados relacionados con la salud pública.

 

Sin embargo, en atención a lo que veo y oigo a consecuencia de las mismas, mi congénito sentido común, luego de reflexionar calmadamente, me llevó a concluir que en la citada lucha se estaría tomando el rábano por las hojas.

 

Si, para evitar la propagación del Covid, es necesario el llamado “distanciamiento” y protegerse con las máscaras, requisitos ambos fáciles de cumplir y al alcance de la mente de hasta un “pollino”, me pregunto lo siguiente:

 

¿Cuál es el objeto de mantener encerrada a la población tan igual como los nazis hicieron con mis antepasados?

 

Respecto a las cifras de fallecidos, aunque parezca inhumano, tengo la sensación que se les está usando demagógicamente. Vamos viendo:

 

·         Morir no solo es tan natural como nacer sino que todos pasaremos por ese trance a consecuencia de diversos factores o circunstancias: la edad, innumerables enfermedades, accidentes en carreteras, moto taxis y similares circulando sin luces por vías prohibidas, motocicletas conducidas por descerebrados, pandemias como la actual y otros.

 

·         Obligar a encerrarse a la población - al margen de la barbaridad implícita que ello podría significar morir por inanición - se  justificaría únicamente si todas las personas fuéramos irracionales, lo cual, obviamente, no es así, por cuanto tal sub género, felizmente, es ínfimo.

 

·         En consecuencia, lo justo y racional es “romperle el alma” a los miembros del citado sub género.

 

Exagerando un tantito, estos encierros son equiparables a la total paralización del servicio de transporte en buses interprovinciales porque uno se precipitó por un  abismo de 400 metros quedando sepultado en el fondo de un río ocasionando 57 occisos. ¿Es una exageración o comparación racional?

 

Analicemos, por ejemplo, las consecuencias del anuncio del ¿presidente de la República? propalado pocos días atrás respecto a las medidas a aplicar el mes próximo (ahoritita):

 

 

 

 

Se armó un despelote inconmensurable en la capital de la República (fatalmente inundada por provincianos) por cuanto miles de personas pugnaban por retornar a sus lugares de origen buscando huir de las severas restricciones que les amargarían la vida de no salir despavoridos.

 

Preguntémonos, en el entendido que las aglomeraciones son la mejor vía para propagar el virus, ¿acaso tal anuncio/medida no devino en irracional?