SEÑOR: ¿POR QUÉ NOS HAS ABANDONADO?
(Piura, 02enero 2021)
Luis Gulman Checa
Arrancando el nuevo año y repasando la edición
de “El Tiempo” de la víspera me topé con unas declaraciones del ¿presidente? de
la República echando mi ánimo por el desagüe siendo invadido por el pesimismo:
“Ningún miembro de la
Policía, en las circunstancias en que ha ocurrido cualquier evento en el
contexto de las protestas en el interior del Perú, puede utilizar cualquier
tipo de arma de fuego. Sancionaremos a los policías que desacataran la
prohibición de usar armas de fuego. Vamos a convocar a los ministros para
tratar la situación y adoptar otras medidas”.
Primera pregunta al ¿presidente? que hasta un
niño de primaria le formularía:
Entonces, ¿para qué
diablos andan armados?
Leyendo declaraciones tan vergonzosas e indignas,
habida cuenta que si tal orden prosperara y apareciera algún infeliz y pobre
diablo aceptando hacerse cargo de la cartera del ministerio del Interior;
nuestro país se iría, directa e irreversiblemente, a la mismísima M……….
Esta declaración es una prueba más que los países del ¿quinto? mundo, en el que
nos ubicamos, permanecemos en tal situación por la escalofriante falta de
CALIDAD, en todo el sentido del término, de la mayor parte de nuestros
políticos y autoridades. Así, retrotrayendo nuestra mente, comparemos la
actitud de nuestro ¿mandatario? con la de la Señora Margaret Thatcher, Primera
Ministra de Inglaterra, quien destrozó los sindicatos mineros llegando al
extremo de permanecer impertérrita
cuando quienes se declararon en huelga de hambre murieron por inanición.
¿Inhumana? Sin duda muchos le endilgarían tal calificativo. Sin embargo, el
hecho puede mirarse a través de otro cristal: respetó la decisión de los
huelguistas, quienes, estaban dispuestos a dar la vida por la causa que
defendían.
Así como considero admirable la actitud de Margaret
Thatcher, también me merece enorme respeto la calidad y valentía de los líderes
huelguistas quienes dieron la vida en defensa de sus ideales. Entonces, estando
el presente dirigido al Señor, le plantearé un ruego concreto:
Señor: apiádate de
nosotros imbuyendo el espíritu de los líderes anti mineros de nuestro país con
la firme determinación de los citados huelguistas de modo que se declaren en
huelga de hambre hasta las últimas consecuencias.