¡ODEBRECHT! ¡ODEBRECHT! ¡ODEBRECHT!: ¿Y CAMARGO CORREA?
Piura, 02 enero del 2017
Luis Gulman Checa
La gran constructora brasilera señalada en el
epígrafe, ha acaparado todos los reflectores a raíz de la Operación
Auto Lavado o Lava Jato (lavado a presión), investigación de corrupción
realizada por la Policía Federal de Brasil y que se hizo pública el 17 de marzo
del 2014, llevando al presidente de la empresa, Marcelo Odebrecht, a recibir
una condena efectiva de 19 años (está en cana).
Sin duda, en el gigante país sudamericano, el
sistema policial - fiscal - judicial es mil veces más práctico que en el
nuestro, pues primero condenan y luego, según el sentenciado vaya cantando
o desembuchando - los delitos perpetrados - la pena se reduce y la multa a pagar al Estado, se
incrementa.
No obstante, la investigación policial no
se enfocó únicamente sobre la
constructora señalada sino sobre todas las brasileras, entre ellas, Camargo
Correa, la misma que suscribió con el PEIHAP - GRP, cuando era regido
por César Trelles Lara, un Contrato de Obra para ejecutar la Primera Etapa del Proyecto Alto Piura
absolutamente inviable, como lo confirma el hecho que fue resuelto generando un
contencioso aún en proceso de definición.
Digresión: Para aquilatar el
grave daño producido al Alto Piura y a Piura en general, téngase presente que,
habiendo transcurrido 06 años y desembolsado cuchocientos millones de
soles, la obra anda por el 05% de avance.
Para más señales o luces, recordemos que por confesión
de parte de Remigio Morales Bermúdez - el mismísimo ministro de
Agricultura del ¿prístino? primer gobierno de AGP - él fue quien “sacó
el Alto Piura adelante”.
Pues bien, Camargo Correa, a raíz de
la citada investigación, reconoció haber sido parte del cártel de empresas
corruptas pagando una multa de US $ 30 millones. Asimismo, firmó un acuerdo con
el Consejo Administrativo de Defensa de la Competencia comprometiéndose a
“cesar su involucramiento en el ilícito, reconocer su participación en la conducta
investigada y colaborar en forma efectiva con
las investigaciones”.
Dicho pacto, sin embargo, no evitó que tanto
el exdirector presidente de la empresa, Dalton Avancini, como su ex
vicepresidente, Eduardo Leite, fueran igualmente condenados, el pasado mes de julio, a 15 años de
reclusión por corrupción, lavado y por integrar una organización delictiva,
habiendo suscrito a su vez acuerdos con la Procuraduría General de la República
para contar lo que saben del fraude a cambio de una reducción de sus
sentencias.
A diferencia de la
publicidad brindada en el Perú a las confesiones de los exdirectivos de
Odebrecht, fijando en m/m US $ 30
millones el monto de las coimas
repartidas en el país (creo aumentará considerablemente), aún no sabemos sobre
las revelaciones formuladas por los referidos
Avancini, Leite y los demás
exservidores de Camargo Correa, también condenados.
Sería triste y lamentable
que dichas personas ratificaran que el referido contrato estuvo preñado de corrupción y contó con su consabida coima.
Sin embargo, de confirmarse ello, como piuranos de bien, debemos rogar
que la misma haya quedado en sucios bolsillos “limeños” sin contaminar los de nuestras
exautoridades locales.
Finalmente, con los
pies en el suelo y dadas las
circunstancias que están dándose, sería oportuno y conveniente formularnos una
sencilla pregunta:
¿Cuál habrá sido el
detonante que hizo volar por los aires la sólida y férrea amistad, unión y
compadrería que unía a Javier Atkins y Reynaldo Hilbck, cuando el primero era
presidente de la Región y el segundo presidente del Consejo Directivo del Alto
Piura, al extremo que llevó al segundo a tildar de deshonesto al primero cuando
hizo público su slogan para postular a la presidencia del GRP?
¡EN LA HONESTIDAD ESTÁ EL
CAMBIO!