LAMENTO MIRAFLORINO

(Piura, 09 abril 2018)

Luis Gulman Checa

De verdad son tristes y lamentables las penurias que están soportando quienes moran en la urbanización Miraflores, Castilla, Piura, siendo lo peor que erradicarlas de raíz requiere cuantiosas inversiones. ¿Por qué?

Por cuanto, obvia y racionalmente, es  irracional urbanizar tierras de cultivo, naturalmente bajas, en zonas como Piura en las que, eventualmente, LLUEVE COMO LOS MIL DIABLOS.

Entendemos que quienes deben proyectar y definir las obras necesarias para poner a salvo a los miraflorinos cuando el cielo se encapricha lanzándonos agua cual manguera de bomberos (de los bien equipados), son, ni más ni menos los expertos, profesionales ad hoc y especializados.

No obstante, como el sentido común a veces es más efectivo que tan dignos señores (recuerden el burro que reemplaza al ingeniero cuando nuestros hermanos de la sierra deben trazar un camino), me aventuraré a plantear dos tareas que considero imprescindibles y suficientes:

·         Avenidas, calles, jirones y veredas tienen que pavimentarse con bloquetas.

·         Luego de estudiar a fondo la cuenca de la urbanización y teniendo en cuenta que cuando llueve generalmente la rasante del río está muy por encima del terreno urbanizado; habrá que instalar las plantas de bombeo que resulten necesarias para echar al cauce, por encima de las defensas, el agua de lluvia que se va acumulando.

La interrogante que debiera surgir de inmediato sería quién y cómo financiaría tales inversiones. ¿Los peruanos? ¿Los piuranos? ¿Los castellanos? ¿Los vivientes de la urbanización? Respóndase usted mismo, estimado lector.

¡El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra!

Lo que significa que somos únicos para perpetrar dos veces los mismos errores, como está quedando plenamente demostrado cuando cientos de pródigas hectáreas de cultivo que antaño nos enriquecían produciendo el añorado oro blanco, siguiendo al pie de la letra el aserto arriba  señalado, también están siendo urbanizadas. Me pregunto: ¿somos o nos hacemos?