PARA LLORAR
(Piura, 20 abril 2018)
Luis Gulman Checa
La edición de “El Tiempo” de la víspera
apareció con un pormenorizado informe referido al estado en que se encuentran
las ambulancias a cargo de la Dirección
Regional de Salud de Piura, ratificatorio
del abandono en el que hemos caído los piuranos.
Más de 90 ambulancias
dañadas en centros de salud y hospitales.
Diresa propone declarar en emergencia ambulancias de los
establecimientos de salud.(*)
Piden que se dispongan medidas urgentes para que los
vehículos sean reparados o repuestos.
En concreto: De un total de 139 ambulancias
solo 44 están operativas.
Estimado lector, según usted, quiénes
deberían ser declarados en emergencia, ¿las ambulancias o la recua de
incompetentes que no fueron capaces de proporcionales el adecuado y oportuno
mantenimiento?
Obviamente la respuesta de tales
irresponsables es fácil adivinarla: “No nos fueron asignados recursos para
darles mantenimiento”. Sin embargo, cuando estos pésimos burócratas (los hay de primer
nivel) ven afectados sus propios bolsillos,
ahí sí, instantánemaente, protestan, se
declaran en huelga y/o cierran carreteras o toman puentes. Obviamente, tales
personas no deberían ser servidores
públicos por no tener la más mínima idea del significado del término GESTIONAR, definido así:
Hacer las gestiones
necesarias para conseguir o resolver algo.
Seré explícito y detallista poniendo un
ejemplo, extremo y brutal, para que capten el significado:
·
Partimos
del día 01 cuando se recibieron 100 ambulancias.
·
Si
sucediera que el día 70, no hay recursos para realizar el obligado cambio de
aceite a una sola ambulancia, el día 71, paralizan todas aunque ello cause el
deceso de 17 pacientes por falta de atención.
¿Entendieron? Eso es gestionar, es decir,
hacerse oír, demostrar que no están pintados en la pared y no se dejarán atropellar por ningún “limeñito”, que son
quienes manejan los presupuestos.
Me comprometo a describirles, con pelos y
señales, un suceso que servirá para ejemplificar a qué me refiero con GESTIONAR.
Sería grave omisión dejar de señalar al otro
gran responsable de esta lamentable situación, el Órgano de Control,
actualmente en la palestra estrenando ley que, supuestamente, le permitirá evitar que los bolsillos pestíferos
de corruptos funcionarios continúen engordando con recursos del erario. Me
refiero, obviamente, a la ensalzada Contraloría General de la República,
entidad que es una patética sombra del serio y formal organismo que fuera
antaño e incapaz, hoy por hoy, de
alcanzar a una tortuga renga.
¿Habrá emitido algún
mísero informe de control señalando el abandono de estas ambulancias?
(*) Emergencia: sinónimo
de comprar a dedo, sin licitación, corrupción.