NI FRÍO NI CALIENTE

(Piura, 06 abril 2018)

Luis Gulman Checa

Si Piura está amenazada por una severa y atroz sequía:

¿La inesperada presencia de lluvias debería colmarnos de dicha y felicidad o, por lo contrario, como han hecho los medios (¿pensando en el tiraje?), alarmar a la población resaltando los obvios y naturales inconvenientes debidos tanto a la crónica falta de infraestructura como a la cacareada e inconclusa Reconstrucción con Cambios?

“Correo”:

COLAPSO TOTAL POR LLUVIAS

“Chulucanas, Ayabaca, Huancabamba y Piura soportan precipitaciones por más de doce horas. Familias quedan aisladas por aumento de caudal de ríos y derrumbes. En Sullana y Paita se forman grandes aniegos que originaron el hundimiento de vías”.

“El Tiempo”:

La primera lluvia de abril causa estragos en la región.

Según Senamhi, lluvias continuarán en la región pero con menor intensidad. Piura solo registró3.5 mm, aunque en Chulucanas fue de 70.4 mm y dejó pueblos aislados.

En Huarmaca desapareció un  operario, en Tambogrande hay un agricultor fallecido y el servicio de agua potable fue restringido en ciudades de Paita y Sullana.

Colapso: Paralización o disminución del ritmo de una actividad.

Estragos: Daño o destrucción producida por una acción natural o una guerra.

Una vez más, hacemos notar a los medios que las lluvias no se miden por el tiempo de duración (siendo dato  importante aunque secundario) sino por la cantidad de agua precipitada, generalmente, en mm. Por ello, incluir a la ciudad de Piura, como perjudicada cuando solo recibió 3.5 mm (*) es, para decirlo suavemente, un atentado contra la información seria y veraz.





Lo mismo sucede con la incomunicación/aislamiento de las poblaciones, consecuencia directa e inevitable  de nuestra grave carencia de infraestructura vial al proliferar los badenes, por cuanto, como cualquier ser m/m pensante entiende, solo son útiles cuando el cauce sobre el cual están construidos permanece seco. En contraposición, al llover y cargarse los cauces, la circulación de interrumpe entre ambas márgenes. Ergo, carece de relevancia resaltar tanto  los aislamientoscomo los graves riesgos que corren las personas  (¿descerebradas?) que se aventuran  a cruzarlos.

La solución para evitar tales inconvenientes - que no solo asolan caminos vecinales sino también, vergonzosamente, la propia carretera panamericana -es construir puentes similares a los que unen Piura y Castilla sobre el cauce del río Piura.

Finalmente, una reflexión:

Mientras en la ciudad de Piura, que solo recibió 3.5 mm hay vías, como el antaño bien llamado malecón Eguiguren, que parecen propias de países del quinto mundo, en Chulucanas, que soportó 70.4  mm, no pasó absolutamente nada y jirones y avenidas lucen relucientes y las plantas y árboles brillan reflejando el calcinante sol.

(*) Más mea un gato.