PROSTITUTOS POLÍTICOS
(Piura, 11 Abril 2018)
Luis Gulman Checa
Estando
definida la prostitución como la práctica de mantener relaciones
sexuales a cambio de dinero y, pidiéndoles las debidas disculpas a las féminas
que por razones que solo competen a ellas
ejercen libre y abiertamente su oficio sin dorar la píldora y dando
la cara; planteo la siguiente reflexión:
Si alguien condenara
tal actividad como el peor de los oficios (*), ¿acaso no merecen el calificativo del epígrafe
quienes postulan a cargos públicos
electivos cambiando de partido como quien cambia de calzoncillo?
Personalmente, considero mil veces más
merecedoras de respeto a las citadas féminas que a la pléyade de personas que,
sin merecimientos que las avalen, no solo se lanzan cual hambrienta jauría de
hienas sobre un cadáver putrefacto sino que, sin vergüenza alguna se alían ya
sea con uno u otro desdeñando principios o
programas - en el supuesto que tengan
idea del significado de tales términos - generalmente, para saciar los apetitos emanados de sus bolsillos.
Para agravar la situación de los
referidos y siguiendo con la
comparación, volvamos a reflexionar:
Estando
meridianamente claro de dónde provienen los recursos con los que viven y
mantienen a los suyos las citadas féminas, preguntémonos ¿de dónde diablos sale
el dinero para solventar/financiar las campañas de los prostitutos?
¿Será tan desmesurada su vocación de servicio
que (quién sabe emulando al Gran Almirante que se inmoló en defensa de la
patria) arriesgan su patrimonio hipotecando y/o mal vendiendo las propiedades
que pudieran poseer para tentar ser elegidos y darse íntegros, en cuerpo y
alma, a servir al prójimo digna, honrada y cabalmente?
Estimado lector, en su fuero íntimo, franca,
libre y privadamente:
¿Piensa usted que
ansían emular al Almirante o saciarse como las hambrientas hienas?
(*) Para mí, las
prostitutas son mil veces más respetables que quienes hacen lo contrario de lo
que predican.